27 de Septiembre de 2024
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Fumar no solo daña a los pulmones

 

 

 

 

 

Además de las afecciones ligadas directamente con el sistema respiratorio, el tabaquismo puede propiciar cáncer en otros órganos.

EL UNIVERSAL

CIUDAD DE MÉXICO

En México existen 15 millones de adultos fumadores. De ellos, la mitad morirá durante los próximos 10 años debido a alguna enfermedad derivada del tabaquismo, alerta el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Y, aunque la mayoría de afecciones derivadas del consumo de cigarro se asocia a los pulmones y el corazón, existen otros cánceres y leucemias que tienen como principal factor de riesgo la adicción al tabaco. Entre ellas, el cáncer de vejiga y la leucemia mieloide aguda.

Cáncer de vejiga

La doctora Silvia Peralonso Bombín, directora médica asociada para MSD Oncología, explica que la vejiga es un órgano hueco que se encuentra en la pelvis. Tiene una capa muscular gruesa que le permite expandirse como reservorio para la orina, que lleva los desechos del organismo, los cuales pasan a través de la sangre y, luego, son filtrados por los riñones.

"El tabaquismo es un factor de riesgo claro asociado al cáncer de vejiga ya que parte de esas sustancias carcinógenas se inhalan con el tabaco y entran en contacto directo con todo el tracto urinario. 50% de los cánceres de vejiga se asocian al tabaco y es un factor de riesgo que es prevenible y modificable", enfatiza.

Para los fumadores activos, el riesgo para desarrollar esta enfermedad aumenta 3.89 veces en los hombres y 4.65 en las mujeres en comparación con aquellas que no consumen tabaco, añade la especialista. Y subraya que el riesgo no desaparece aunque se haya dejado de fumar: solo se disminuye a 2.14 para varones y 2.52 en mujeres  exfumadoras.

Modifican las células

Las principales razones por las que el tabaco se asocia al cáncer de vejiga es que dos de los carcinógenos derivados del cigarrillo se relacionan con la transformación maligna de las células en este órgano. Se trata de la 2-Naftilamina y el 4-Aminobifenilo. Sin embargo, existen más de 60 componentes, no identificados, que podrían tener injerencia con el desarrollo de esta neoplasia, detalla la doctora María Teresa Bourlon de los Ríos, especialista en Medicina Interna y subespecialsita en Oncología Médica.

"Las sustancias en el humo del tabaco actúan de diferentes formas dentro del organismo. Por una parte, afectan a las células del sistema inmunológico, provocando que éstas se debiliten y no puedan atacar a las  cancerígenas, lo cual les permite crecer libremente.

"Por otro lado, estas sustancias provocan alteraciones en el material genético de la célula, generando un crecimiento descontrolado con subsecuente formación de tumores", dice la experta adscrita al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Peligro de metástasis

El cáncer de vejiga puede desarrollarse en cualquier parte del tracto urinario, aunque el más frecuente es el urotelial, localizado en el revestimiento más interno de la vejiga. Con el tiempo, éste puede crecer fuera del órgano y llegar a estructuras cercanas para extenderse a ganglios linfáticos y otras partes del cuerpo.

Se clasifica en no invasivo cuando está solo en la capa interna y no ha crecido hacia las capas más profundas; e invasivo, si hay un crecimiento de células dañadas hacia las capas más profundas de la pared de la vejiga, por lo que tienen más probabilidades de diseminarse y hacer metástasis, lo cual complica su tratamiento, indica la American Cancer Society.

"Cuando el cáncer está invadiendo la capa muscular, se trata de una enfermedad músculo-invasiva que tiene peor pronóstico. El diagnóstico temprano va a influir fundamentalmente en esto", recalca Peralonso Bombín, también investigadora clínica.

En México, es un cáncer poco diagnosticado. Representa el 1% de todos los tumores y se considera la causa número 19 de muerte por cáncer, de acuerdo con información del Observatorio Global de Cáncer (Globocan).

En 2020, se registraron tres mil 422 nuevos casos de cáncer de vejiga en nuestro país y mil 339 muertes por esta causa. Mientras que, a nivel mundial, se diagnosticaron 573 mil nuevos casos con una mortalidad de 212 mil 536 personas, reporta Globocan.

Otras amenazas

Si bien el tabaquismo constituye el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de vejiga, hay otros elementos que lo propiciarían.

"Se presenta más comúnmente en hombres y personas de edad avanzada, sobre todo en mayores de 70 años. Después del tabaquismo, otros factores de riesgo son la exposición ocupacional a las llamadas aminas, usadas en textiles, tintes, cueros y pinturas. También se ha reportado gran incidencia en lugares con altas concentraciones de arsénico en las aguas subterráneas, como Argentina, Chile o Taiwán", señala Bourlon de los Ríos.

Además, puede obedecer a condiciones hereditarias, a la presencia de otros tumores (como el síndrome de Lynch), a la inflamación crónica de la vejiga debido a infecciones urinarias recurrentes, así como a  cálculos de la vía urinaria, añade la especialista y miembro activo del Colegio Mexicano de Medicina Interna.

Los síntomas más comunes son la presencia de sangre en la orina (hematuria), la pérdida de peso súbita, fatiga y dolor.

Leucemia mieloide aguda

Otro cáncer en el que se ha evidenciado al consumo de cigarro como único factor de riesgo para padecerlo es la leucemia mieloide aguda (LMA), afirma la American Cancer Society.

"Muchos saben que el hábito de fumar está vinculado a cánceres de pulmón,  boca o garganta, pero pocas saben que también puede afectar a las células que no tienen contacto directo con el humo. Las sustancias cancerígenas presentes en el humo del tabaco son absorbidas por los pulmones y propagadas a través del torrente sanguíneo a muchas partes del cuerpo", destaca el organismo.

La LMA es de las neoplasias en sangre más agresivas y de progresión súbita. Se estima que, en México, la tasa de mortalidad es de 3.7 por cada 100 mil habitantes, apunta la Revista de Hematología. Se registra con mayor frecuencia en mayores de 65 años, aunque la edad media de aparición en el país es de 43.

Se origina en la médula ósea, donde se producen las nuevas células sanguíneas, lo cual provoca que se irrigue con rapidez a la sangre de todo el cuerpo, incluyendo ganglios linfáticos, hígado, bazo, sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y testículos.

En ambos casos, el principal factor de riesgo es modificable y prevenible. Eso sí, aun cuando la persona deje su adicción al cigarro, la probabilidad de desarrollar algún mal relacionado con el tabaquismo sigue latente.


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