Abren tianguis y persisten ambulantes.
EDOMEX
EXCELSIOR
Comercios de venta de colchas, ropa, zapatos, pisos, tiendas donde realizan tatuajes, vinaterias y tianguis siguen operando en el Estado de México pese a que este sábado entraron en vigor las restricciones del Semáforo Rojo.
En municipios como Los Reyes la Paz, se podían apreciar largas filas de personas en la zona de los bancos y a unos metros un tianguis donde venden principalmente ropa, abarrotado de personas, mientras policías municipales sólo observaban.
Según la Gaceta Oficial publicada el 18 de diciembre, sólo pueden estar abiertos comercios de actividades esenciales, relacionados con insumos médicos, de venta de alimentos preparados ‘sólo para llevar’ y centros comerciales relacionados con alimentos y productos perecederos.
Sin embargo, estas medidas fueron ignoradas y cientos de comercios se mantuvieron abiertos, sólo cumplieron con la primera medida anunciada de cerrar a las 5 de la tarde.
Sobre la carretera federal México-Texcoco podían observarse todo tipo de negocios abiertos, venta de dulces, zapaterías, de muebles, de colchas, computación… incluso lugares donde se podían realizar tatuajes.
Mientras en Nezahualcóyotl, en la avenida López Mateos, las tiendas donde se venden pisos permanecieron abiertas, así como lugares donde comercializan telas y mercerías.
La afluencia en las calles no disminuyó, lo que provocó trafico intenso en las principales avenidas y carreteras de la zona como la federal México-Puebla, cuyos comercios también permanecieron abiertos.
Muchos vecinos aseguraban que no sabían de la medida, mientras los comerciantes afirmaban que no podían cerrar porque su economía se ha desplomado por los meses en que permanecieron cerrados.
Cierran, pero no todo el Centro Histórico
Las calles del primer cuadro de la ciudad estuvieron cerradas ayer con vallas metálicas y vigilancia policiaca para evitar que se instalaran ambulantes en Tacuba, Corregidora o Correo Mayor, donde hasta el sábado había una concentración importante de informales.
Así que esas calles estuvieron vacías, pero quienes iban a hacer compras navideñas caminaron unas diez calles para llegar a La Lagunilla o La Merced, sin importarles el semáforo epidemiológico en rojo.
Veníamos por juguetes, pero todas las tiendas están cerradas y los puestos de la calle no están. Vamos a caminar más a ver si encontramos algo por aquí”, dijo, Araceli, de 24 años, que iba con una amiga.
Por República de El Salvador caminaba, Juan de 22 años. Él y su papá habían ido hasta La Lagunilla.
Yo venía a buscar los juguetes de mi hijo, venía a las jugueterías, pero sólo hay puestos ambulantes en la zona de La Lagunilla y están dando al doble de caro; un juguete que cuesta 500 pesos lo quieren vender en mil pesos”, lamentó.
Por la misma calle avanzaba Ana con su esposo: “Caminamos muy lejos, unas diez cuadras hasta La Lagunilla y allí compramos juguetes y ropa para los niños; ya venimos de regreso.
Está bien que hayan cerrado todo, finalmente son las medidas de seguridad por la pandemia, nada más que sí caminamos mucho. La Lagunilla está llenísima de gente”.
En Circunvalación la escena era impresionante: miles de personas sobre la avenida comprando ropa, chamarras o juguetes a lo largo de la avenida, lo mismo que en los puestos que están en las calles que cruzan la avenida.
También cientos de personas comían tacos, pambazos o tortas en los puestos de comida apostados sobre la banqueta. En la zona también había policías que sólo observaban.
