18 de Mayo de 2024
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Dios llora por curas pederastas: Papa  

*Se reúne con víctimas de abusos sexuales perpetrados por religiosos

 

*Concluye visita de seis días por Estados Unidos

El Universal

Filadelfia, EU

 

En el último día de su gira por Estados Unidos y en un acto que se salió del programa, el Papa Francisco se reunió este domingo a primera hora con un grupo de víctimas de abusos sexuales perpetrados por religiosos, para reafirmar la voluntad de la Iglesia de desterrar este tipo de prácticas y prometer una estricta vigilancia y rendición de cuentas.

“Dios llora” por este tipo de abusos, dijo el Papa en un mensaje que se salió del guión previsto en el primer acto del domingo en el seminario de Charles Borromeo, donde se reunió con seminaristas y un grupo de obispos.

“Esta mañana me reuní con víctimas de estos abusos. Abusos que lamento profundamente y que nunca más permanecerán en secreto. He prometido una vigilancia estricta en el seno de la Iglesia para proteger a los niños. Y prometo que habrá rendición de cuentas”, declaró el Papa tras el encuentro mantenido con cinco adultos, tres mujeres y dos hombres, víctimas todos ellos de los escándalos de abuso que cimbraron hace una década a la Iglesia católica en Estados Unidos.

Tras pedir perdón nuevamente en nombre de la Iglesia y sus sacerdotes, el pontífice se dirigió a las nuevas generaciones de seminaristas para pedirles una decidida defensa de la familia, a la que definió como “la obra maestra de la creación”.

En este sentido, el Papa colocó a la familia como la pieza central de las preocupaciones de los nuevos seminaristas. Como pilar que deberán defender contra las fuerzas del consumismo desaforado, el individualismo, la banalidad que ha llegado con las redes sociales y ese sentimiento de competitividad malsano que premia a los individuos por encima de la familia o de los colectivos.

“El mundo parece que se ha convertido en un gran shopping, donde la cultura ha adquirido una dinámica competitiva. La cultura actual parece estimular a las personas a entrar en la dinámica de no ligarse a nada ni a nadie, porque lo más importante de hoy parece que es ir detrás de la última tendencia o actividad, inclusive a nivel religioso. Lo importante hoy lo determina el consumo”, comentó.

En medio de este alegato, que buscó ofrecer las nuevas pistas de la evangelización para los futuros sacerdotes, el Papa consideró que las nuevas generaciones de religiosos que surgen de la Iglesia “están llamadas a curar las heridas de nuestro tiempo”.

Al tiempo, insistió en la importancia de concentrarse en la gestación de nuevas familias y en la defensa de su integridad: “La familia es la gran aliada de la Iglesia, nuestra ventana al mundo”.

El Papa concluyó sus actividades en este país con una misa multitudinaria en el parque Benjamin Franklin, a donde acudieron miles de familias desde distintas partes de Estados Unidos y del mundo.

En su homilía, pidió a todos mantenerse abiertos a los milagros del amor por el bien de las familias alrededor del mundo. Luego de la misa y con una sonrisa, Francisco solicitó: "Les pido que recen por mí; no me olviden".

Antes de tomar su vuelo a Roma, se reunió en privado con unos 400 líderes del Encuentro Mundial de Familias, seguidores y otros voluntarios que ayudaron a organizar su viaje a Filadelfia. Luego partió de regreso a la Santa Sede.

En el acto de despedida estuvo el vicepresidente Joe Biden, así como el alcalde de Filadelfia, Michael Nutter.

 

Visita prisión

 

El Papa Francisco visitó el Instituto Correccional Curran-Fromhold de Filadelfia, donde aseguró que comparte el momento doloroso que viven los presos y lamentó la falta de oportunidades en el sistema judicial para la reinserción social.

“Una sociedad, una familia que no sabe sufrir los dolores de sus hijos, que no los toma con seriedad, que los naturaliza y los asume como normales y esperables, es una sociedad que está condenada a quedar presa de sí misma, presa de todo lo que la hace sufrir”, advirtió.

Tras su encuentro con obispos de diversos países, en el seminario San Carlos Borromeo, el Papa abordó un helicóptero con destino a la cárcel ubicada a 27 kilómetros de esta ciudad, y que tiene unos dos mil 797 detenidos.

Recibido por las autoridades de la prisión, fue acompañado hasta el gimnasio donde ya lo esperaban unos 100 detenidos, todos vestidos con camisas celestes; algunos de ellos participaron en la construcción de la silla de madera que usó el pontífice para la reunión.

Al tomar la palabra, hablando en español, el Papa confesó haber llegado a la cárcel “como pastor, pero sobre todo como hermano”, para compartir con los presos su situación y hacerla suya, además de rezarle a Dios todos juntos para compartir con él lo que les duele.

Aseguró que Jesús busca a todos porque quiere “sanar las heridas”, “curar las llagas” y “limpiar el polvo” sin preguntar “por dónde anduvo” cada quien o qué estuvieron haciendo.

Afirmó que Cristo nos quiere ayudar a recomponer nuestro andar, reemprender nuestro caminar, recuperar nuestra esperanza, restituirnos la fe y la confianza.

Destacó que el momento de la cárcel sólo puede tener una finalidad: tender la mano para la reinserción social, una reinserción de la que todos forman parte, a la que todos están invitados a estimular, acompañar y generar.

 

Cita

“El mundo parece que se ha convertido en un gran shopping, donde la cultura ha adquirido una dinámica competitiva. La cultura actual parece estimular a las personas a entrar en la dinámica de no ligarse a nada ni a nadie, porque lo más importante de hoy parece que es ir detrás de la última tendencia o actividad, inclusive a nivel religioso. Lo importante hoy lo determina el consumo”.

 

Papa Francisco.


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