El hijo de la ex alcaldesa Guadalupe Porras David de por sí lleva el lastre en la imagen que dejara la ahora “lideresa” de la CNOP, por eso en sus presentaciones en eventos masivos tiene que llevar a un grupo de señoras con la encomienda de vitorearlo cuando es nombrado.
Y aunque se supone que ha limado las asperezas con el sindicato petrolero, es evidente que todavía hay diferencias entre los guadalupanos y la gente del dirigente sindical, Jorge Wade González, pues las extremas medidas de seguridad durante la toma de protesta como alcalde de José Luis Sáenz Soto se debió al rumor de que gente de Lupe Porras llegaría a armar escándalo durante el acto protocolario.
Como arma de doble filo, en la entrega de apoyos de Sedesol, cuando estuvieron en la ciudad José Yunes Zorrilla, Marcelo Montiel y Alejandro Montano, los representantes de las Sociedades Pesqueras exhibieron que simpatizantes de la ex alcaldesa eran quienes se quejaban de no haber sido favorecidos con la ayuda de la Federación.
No se sabe también qué acciones legislativas ha impulsado Ciro Félix Porras, que pudieran traducirse en beneficios para el Distrito XXVIII, pues si apenas llega a Minatitlán, difícilmente se trasladará a Valle de Uxpanapa, el municipio con mayor marginación de esta zona.
De las gestiones que trascienden, se sabe que Ciro Félix lo hace a nombre de la Fundación “Ciro Porras”, de la cual es presidente, y con lo que pretende promoverse con miras a figurar en las próximas elecciones, cuando se renueve la presidencia municipal, sino es que antes, por las influencias de su madre, se candidatea a la diputación federal, que suele ser un trampolín para los interesados en gobernar Minatitlán.
Pese a las expectativas generadas, por el derroche de recursos que hiciera en su campaña proselitista, el joven legislador se ha limitado a cumplir con los protocolos políticos, por el consabido besa-manos y extremadas adulaciones para los gobernantes y funcionarios del gabinete.
