Nadia Ivette Córdoba Lagunes/Coatzacoalcos.- El día del padre para muchos suele ser una fecha de celebración, sin embargo para otros el dolor de la ausencia de este ser en la familia “duele”. Restaurantes, pastelerías y plazas comerciales registraron una afluencia importante, pero también los panteones de Coatzacoalcos fueron visitados.
A temprana hora, los comerciantes de flores ubicados al exterior del Panteón Antiguo de Coatzacoalcos manifestaban su desesperación y es que las ventas eran mínimas.
Fue alrededor de las 11 de la mañana, cuando la afluencia en dicho camposanto logró repuntar y en consecuencia las ventas de flores se vieron incrementadas, aunque a decir de estos comerciantes el día del padre no se “compara” con lo que representa en ventas el día de las madres.
Decenas de familias arribaron ayer por la mañana al Panteón Antiguo y es que, a decir de Marco Antonio Mora Díaz, la ausencia de un padre o una madre duele a cualquier edad, sin embargo los recuerdos, la educación pero sobre todo el amor es para siempre.
“Es una ausencia, y duele, pero los buenos recuerdos son importantes pero sobre todo el amor. Venimos a ver a mi papa, falleció el cinco de marzo de este año y venimos a honrarlo, estamos un poco tristes pero venimos a recordar este momento tan importante. Vamos a estar una media hora más y posteriormente celebrar a los padres que estamos” recalcó.
Morales Díaz recalcó que el amor de los padres es incondicional, sin embargo el cariño de un papá es difícil de comprender, pues es quien regularmente exige a los hijos.
“El mensaje para quienes aún tienen la dicha de tener a su papa es que, los comprendamos y los amemos porque siempre van a ser mayores que nosotros y vamos a tener diferencias, pero el amor de los padres es incondicional, por ahí hay unas lecturas que dicen, nunca supe cuánto me amaba mi padre hasta que tuve un hijo” refirió.
Cabe mencionar que la mayoría de las pastelerías iniciaron actividad desde las 10 de la mañana y la mayor afluencia en restaurantes fue a medio día. En tanto, en las plazas comerciales la tiendas de deportes fueron las más visitadas la consigna era regalarle a papa la playera de la selección mexicana.