Conocido más por su proclividad a los paseos por el Estado que por atender las necesidades, poco ha logrado para mejorar las condiciones de los centros hospitalarios como los de Poza Rica, Entabladero y Álamo, entre otros; sin embargo, a todos ha asistido puntualmente para prometer, como es su costumbre, mejoras que nunca llegan.
Enfermeras y médicos reclaman que en algunos de estos nosocomios se carece hasta de sábanas para las camas del área de hospitalización; mientras Nemi presenta estratosféricos gastos por concepto de combustible.
El adelgazamiento en la figura del “doctor Nemi” sólo es comparable con el meteórico ascenso en los gastos de la dependencia a su cargo, los cuales se han hecho más notorios desde su llegada a dicho encargo, el siete de marzo de 2013.
Los gastos en consumo de combustible son el más claro ejemplo del dispendio en la Secretaría de Salud, ya que mientras en la Jefatura de Servicios de Salud y Administración se pagaron más de dos millones 500 mil pesos de abril a junio de 2013, en el mismo periodo de ese año no se autorizó un sólo peso para gasolina para el área de Prevención y Control de Enfermedades Transmitidas por Vector, en la Jurisdicción Sanitaria número Tres, con sede en Poza Rica.
Más aún, ya instalado como secretario de Salud, autorizó el pago de dos millones 189 mil 222 pesos para “Capacitación Gerencial de los Recursos Humanos para la Salud” durante junio y julio del mismo año, mientras que para el departamento de Prevención de adicciones sólo se invirtieron 371 pesos para viáticos. Esto ocurrió en julio, en los demás meses no hubo autorización de gastos en esa área. De ese tamaño es la incongruencia.
Trabajadores del Sector Salud comentan con sorna que el secretario ya conoce a plenitud el Estado gracias a los recursos de SSVER, lo lamentable es que en la mayoría de los hospitales públicos, los familiares de los pacientes tienen que adquirir por su propia cuenta medicamentos, jeringas y no pocas veces hasta las gasas.
