Inundaciones en la zona norte.
SABINO BAUTISTA JUÁREZ
PAPANTLA
A 21 años de la tragedia de Octubre, seguimos recordando esos tres días de lluvia que derivaron en el desbordamiento de los ríos y arroyos, deslaves de cerros y la desaparición de poblados y colonias. Una cantidad de muertos cuyas cifras reales fueron ocultadas. Muchos de estos nunca aparecieron.
El día 4 comenzó a llover con gran fuerza y constancia, y el 5, los afluentes ya estaban fuera de su cauce. Llegó la noche y el nuevo día trajo aparejado un panorama desolador. Puentes importantes sucumbieron y pueblos establecidos en zonas de riesgo prácticamente desaparecieron.
En Papantla se contabilizaron cerca de diez personas fallecidas, en su mayoría aplastadas por bardas y escombros de los deslaves. En Poza Rica, varias colonias quedaron bajo el agua y lugares seguros eran atestados de gente que se quedó sin nada. Y nada se podía hacer. La comunicación era sólo por aire.
Tecolutla y Gutiérrez Zamora también tenían muertos y muchos daños. El río cubrió por completo la comunidad de Coronado y otras más. Sembradíos, casas y ganado se perdieron en grandes cantidades. Muchos otros municipios estaban en las mismas condiciones.
La unión de una depresión tropical y frente frío estacionados provocó en tres días esta gran tragedia.
Sin embargo, pueblos y gobierno no aprendimos la lección. Cuando el sistema de alerta de Protección Civil se activa, mucha gente y tal vez con mucha razón por temor al saqueo de sus viviendas, se niegan a abandonarlas. Y los líderes, confabulados con los gobiernos continúan fraccionado en zonas de riesgo. Cada año son recordadas estas fechas, pero sólo eso, porque lo vivimos y porque mucha gente perdió todo lo material y hasta seres queridos.
Con Miguel Alemán Velazco en el gobierno del estado, las cifras de todo fueron maquilladas, y apenas se impulsaron unos cuantos programas de reconstrucción y reubicación; después, todo quedó en el olvido, excepto la infraestructura caminera.
