* Les habían informado que sus pagos serían el 15 de diciembre y ahora esperan su dinero para el día 25
Facundo Bartolo Salazar
Martínez de la Torre, Ver.- No hay dinero en los cajeros para los abuelitos, siendo beneficiarios del programa 65 y Más de la Secretaría de Desarrollo Social que cobran con tarjeta, quienes ya estaban acostumbrados a que en años anteriores para el 12 o 14 de diciembre ya habían recibido sus pagos correspondientes al último bimestre, pero en este 2017 la espera se ha alargado más de la cuenta.
Emiliano Zapata Mora expresó que “ya fui al banco, pero me dicen que no hay nada todavía, y para mí es peor porque no he recibido mis pagos de todo este año, pero no me saben decir qué tengo que hacer o qué papeles tengo que llevar para sacar mi dinero”. Al igual que ese beneficiario del programa, muchas personas de la tercera edad han estado dando vueltas a las instituciones bancarias donde cobran normalmente, algunos hasta en muletas o apoyados por familiares, pero ven con desilusión que sus cuentas están en ceros.
A algunos de esos desesperados adultos mayores les habían comunicado los empleados de la SEDESOL que sus recursos les llegarían el pasado 15 de diciembre, pero desafortunadamente no fue así, de manera que los pagos se recorrerán ahora hasta el día 25. A decir de don Emiliano Zapata, muchas personas piensan que los abuelitos se la pasan muy bien con los pagos que reciben del 65 y Más, pero no es así, especialmente cuando se retrasa la llegada de ese dinero.
Añadió que en su caso particular tiene que pasar penurias porque paga la renta de su cuarto y no tiene familiares a quienes recurrir y esa situación empeora cuando cae en cama a causa de alguna enfermedad. En tal caso, mencionó que se ve obligado a buscar a alguien que lo atienda, a cambio de una pequeña paga, pero aun así es un dinero que tiene que desembolsar.
El afectado confió entonces en que en los próximos días ya hayan depositado el dinero en las tarjetas de los beneficiarios y que se resuelvan todos los problemas que impiden que los viejitos reciban puntualmente sus pagos que si bien no son suficientes para que sobrevivan, si resultan un alivio para su precaria economía.