* Afectados por comerciantes y prestadores de servicios no tienen oportunidad de interponer sus quejas
Facundo Bartolo Salazar
Martínez de la Torre, Ver.- Resulta indispensable una oficina de la Procuraduría Federal del Consumidor en esta ciudad, en virtud de los constantes abusos que cometen comerciantes y prestadores de servicios, sin que los afectados tengan la oportunidad de interponer sus quejas, a no ser que se trasladen hasta la ciudad de Xalapa o Veracruz.
Los consumidores que han sido víctimas de abusos desearían que las autoridades correspondientes fueran más conscientes de la necesidad de una instancia que pueda cuando menos frenar la voracidad de los comerciantes, quienes no tienen inconveniente alguno para aprovechar incluso los fenómenos naturales para encarecer sus productos, como fue el caso del huracán Katia, cuando hasta los mecates para asegurar las láminas se fueron por las nubes.
Algunos afectados recordaron los tiempos que en la oficina de la Profeco en el palacio municipal por lo menos lograban lo que llaman ‘conciliación inmediata’, lo cual implica que si alguien recibió un producto defectuoso, le era cambiado sin problema alguno. Y en caso de que el comerciante se resistiera a cumplir con su obligación de responder al cliente, era multado y con ello no se podía dar el lujo de ignorar queja alguna, pues le dolía en el bolsillo.
Lamentaron que desafortunadamente, todo eso ha cambiado en los últimos años, pues tanto los comerciantes como prestadores de servicios saben que es muy difícil que sean sancionados por algunas anomalías que cometen y que afectan a los consumidores en lo que se refiere a diversos productos. De hecho, la precaria economía de la mayoría de las personas las obliga muchas veces a soportar los abusos, sabiendo que les costaría muy caro viajar a Xalapa o a Veracruz para interponer sus quejas y todo lo que ello implica. Es por ello que reiteraron su llamado a las autoridades competentes para que instalen nuevamente un módulo de la Profeco en esta ciudad, sin que el inconveniente sea lo económico, pues la oficina se puede sostener con las multas.