* Presuntamente privó de la libertad a dos de sus empleados y exigía 120 mil pesos para liberar a uno de ellos
Gustavo Moreno
Martínez de la Torre, Ver.- Por el delito de privación de la libertad en contra de Alejandro Reyes Pilar y de Martina Pérez Hernández, se encuentra denunciado José de la Torre Sánchez, Rosa María Martínez Díaz y Eduardo Blanco Villagómez, bajo la carpeta de investigación UIPJ/DIX/f2/135/2016, misma que se encuentra detenida, debido a las “influencias” que tiene José de la Torre, quienes hicieron posible frenar la continuidad de este expediente.
Martina Pérez y Alejandro Reyes eran empleados de la empresa Súper 2000, ella se desempeñaba como cajera principal y era responsable de entregar el dinero del día a la señora Rosa Martínez, y fue señalada por José de la Torre de no entregar más de cien mil pesos correspondientes al día 11 de febrero del 2016.
De acuerdo a la declaración manifestada por las víctimas ante la Fiscalía, los hechos se dieron el pasado 12 de febrero del 2016, cuando el señor Eduardo Blanco Villagómez le habló telefónicamente a la señora Martina Pérez Hernández para que se trasladara a la casa del señor José de la Torre Sánchez, donde fue recibida por la señora Rosa Martínez Díaz, quien la trasladó a una habitación, en la que estuvo esperando a que arribara José de la Torre.
Al llegar José de la Torre, Martina Pérez asegura que le exigía le dijera dónde tenía escondido el dinero, a lo cual ella confirmó en todo momento que no contaba con dicho recurso porque ya se lo había entregado todo a la señora Rosa, un día antes, tal y como lo hacía desde años atrás y nunca le había faltado un solo peso por entregar, por lo que no entendía por qué se lo estaban pidiendo nuevamente.
Asegura que así la mantuvieron encerrada todo ese día y al no responderles lo que le pedían, le pidieron a su esposo Donato Sánchez Martínez la cantidad de 120 mil pesos para liberarla, sin embargo, al no contar con el recurso para hacerlo y ante la desesperación de que la liberaran, presentó las escrituras de su casa, las cuáles no se las aceptaron ya que decían era insuficiente.
Señala la víctima en su declaración de hechos que su compañero Alejandro Reyes corrió la misma suerte que ella, ya que también fue privado de su libertad, tentativamente por la misma causa, al día siguiente fueron trasladados al Súper 2000 en el que trabajaban, y más tarde llegó una patrulla en la que los trasladaron esposados, hasta que los liberaron bajo fianza, puesto que no había pruebas contundentes sobre lo que se les acusaba. Mientras tanto fueron despedidos de su trabajo, negándose en un principio a pagarles la liquidación correspondiente, por lo que también presentaron una denuncia laboral.