* Pobladores relatan que se vive con un miedo constante a la delincuencia
Agencia AVC
Tierra Blanca, Ver.- Mientras cortan un árbol quemado, dos hombres cuentan la frecuencia con la que hay explosiones junto a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) que atraviesan la zona y cómo los rumores apuntan a que la “ordeña” es la causa.
El mismo árbol que ahora intentan cortar para ser convertido en leña fue quemado por una de esas explosiones, que generalmente sólo dejan algunos automóviles incinerados o pequeños predios, pero que el pasado viernes dejó a cuatro personas fallecidas.
“Vivir así no es fácil. Se vive con un miedo constante. Miedo a la delincuencia, a las explosiones, a lo que sucede ante la vista de todos, pero todos prefieren callar”, eso cuenta Jaime Medina Sánchez.
Jaime acudió al velorio de su primo, Cayetano, quien murió en la última explosión que se ha presentado, donde asegura que la zona es una “bomba de tiempo” a la vista del personal de la empresa.
“Estamos en una bomba de tiempo por la delincuencia que se desató mucho. Pemex no tiene por qué hacerse a un lado ni deslindarse de eso porque ellos se supone que tienen personal que revisa esos tubos, ellos debieron haber visto ese daño”, afirmó.
Él no logra explicarse la forma en que se presentan los robos de combustible a plena vista, a unos cuantos metros del camino principal y a tan sólo unos metros de una estación de re bombeo.
“Los riesgos, por el simple hecho de pasar los ductos, es una bomba de tiempo porque supuestamente Pemex dice que tiene supervisores supervisando los ductos, no sé cada cuanto lo supervisen pero desde ahí hay una prueba, que lejos está del camino y nunca detectaron esa falla”, aseguró.
En el camino hay al menos tres vehículos calcinados justo a un costado de los pilares amarillos que señalan los ductos de la empresa y que conducen la gasolina a la estación. Son las huellas silenciosas en una zona cañera que ha cobrado más fama por el robo del combustible que se presenta en esos ductos.
Pero para los pobladores las explosiones frecuentes no se han convertido en el único problema. De forma tímida revelan que prefieren no salir por las noches, la forma en la que al atardecer comienzan a resguardarse en sus casas y dejan los caminos de terracería.
“Los de toda la zona, son muchas las zonas que estamos en esto […], siempre andamos con el temor y con el miedo”, aseguró Medina Sánchez.