* Ferias, mercados y pueblos autóctonos siguen ofertando estos productos
Miguel Bautista
Martínez de la Torre, Ver.- Poco valor cultural y apreciativo es lo que se le da a los productos hechos por manos mexicanas, en especial las artesanías, refirieron alfareros y bordadores en el Séptimo Encuentro Indígena, razón por la que la venta de productos de este tipo están en riesgo de desaparecer, aunque para efectos prácticos, dichos juguetes, esculturas o prendas no pierden vigencia, sin embargo son los mismos adultos quienes prefieren las nuevas tecnologías para regalar o dar diversión a los pequeños.
En este sentido, Domingo Contreras Galindo, artesano del municipio de Tlapacoyan recordó que debido a la falta de promoción de los valores y cultura autóctona han dejado su huella en este tipo de actividad, quienes comentan que irónicamente ahora son los adultos quienes guardan mayor aprecio a este tipo de productos que las nuevas generaciones.
Lo mismo sucede con las artesanías, en Veracruz, pero especialmente en Papantla, los artesanos que expiden estos productos esperan con ansias cada mes de abril y mayo para vender por la ata demanda que significan los turistas o visitantes en los parques temáticos y zona arqueología de Tajín, cotidianamente declararon que pueden verse en las ferias, carnavales y algunos que otros puestos de los mercados tradicionales de las ciudades.
Los artesanos que se resisten a dejar morir estas tradiciones de productos netamente mexicanos, ofertan entre otros productos: juguetes, máscaras, vestimentas, hamacas, bolsos tejidos, sombreros, lapiceros, sonajas y otros souvenirs hechos de todo tipo de materiales naturales y únicamente con el sello distintivo de la creatividad mexicana.
Finalmente, enfatizó que estas y otras artesanías se siguen haciendo, y se seguirán vendiendo aunque en menor medida casi siempre, todo ello empero, más como una muestra de la artesanía local, porque lamentablemente también la modernidad está alcanzando a los pueblos indígenas.
Insistió que todos estos productos ya no se usan en la cotidianidad sino que son vistos netamente como una artesanía, parte o muestra de la cultura popular, aunque su venta son aún para muchos artesanos una fuente de ingreso importante, materias primas que han dejado de ser vendidas como productos, para ser adquiridas como adornos y recuerdos de un México autóctono, cada vez más lejano, concluyeron.