* Se reserva cualquier comentario tras la cobarde agresión al periodista, Armando Arrieta Granados
Jesús Rodríguez
Poza Rica, Ver.- El gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, enmudeció ante cuestionamientos de una prensa lastimada por el cobarde ataque a balazos que sufrió el periodista, Armando Arrieta Granados, la madrugada de ayer.
Enterado de los hechos que mantienen al borde de la muerte, al jefe de redacción del diario La Opinión, Miguel Ángel Yunes Linares vino a esta ciudad y llegó hasta la clínica 24 del Seguro Social (IMSS), en donde estaba siendo atendido el periodista y aunque los comunicadores pretendieron abordarlo en relación al tema ocurrido, prefirió callar y se reservó cualquier tipo de comentario.
Y es que ante la promesa de acabar con los hechos de violencia como principal bandera de campaña, hoy Yunes Linares se enfrenta a la realidad; con el atentado en contra de Arrieta Granados suman ya tres los ataques con arma de fuego contra periodistas, en menos de un mes, de ahí que el Veracruz de Yunes y el Veracruz de Javier Duarte siguen siendo lo mismo; uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo, debido a los más de 20 asesinatos de reporteros y fotógrafos ocurridos en los últimos años.
A inicios del presente mes, el Gobernador anunció el incremento de la presencia de las fuerzas de seguridad federales en la región de Poza Rica, con lo cual se convenía un importante compromiso de parte de las fuerzas federales, que hasta la fecha no ha dado resultados, pues los actos de violencia y de inseguridad están a la orden del día.
Antes, en diciembre arrancó en esta ciudad el programa de Seguridad para Zona Petrolera y Citrícola, que abarcaría la región de Poza Rica, Papantla, Coatzintla, Tihuatlán y Álamo, pero lejos de frenar la violencia; las ejecuciones, secuestros y robos continúan, por lo que la sociedad, en su conjunto, exige que se ponga fin a la ‘carnicería’ en que se encuentra convertido el norte de Veracruz, pero ya, ya, ya.