Álvaro Guerrero
Martínez de la Torre, Ver.- Un grupo de invasores del predio Río Chico pretendían entregar de manera voluntaria los terrenos a los verdaderos posesionarios la mañana del martes, pero al regresar a los terrenos que ocupaban, éstos ya se encontraban ocupados por otras personas, lo que impidió que se concretara esta “entrega”, señaló Rafael Hilario Martínez, apoderado legal del predio.
Comentó que la disposición de entregar los lotes se dio cuando explicaron la situación legal de los terrenos en Patrimonio del Estado, por lo prefirieron regresar dichos espacios a los posesionarios legítimos, quienes además están pagando por ellos a Armando Aiza Ávalos.
Los posesionarios aseguran que los invasores iban a desalojar los predios ocupados pero en la tarde pero cuando se disponían a hacerlo ya había más personas ocupándolos, presuntamente son personas a los que Vázquez Bonilla les ofreció los terrenos, Rafael Hilario señala que los ha venido ofreciendo por la cantidad de 7 mil pesos, más aparte otro tipo de cuotas obligatorias.
Aseguraron que con estas personas, el grupo de invasores cada vez son menos, pues ya han empezado a dudar de la palabra de la dirigente.
Explicaron que estuvieron solicitando el apoyo de los elementos policiacos para evitar un conflicto en el asentamiento, sin embargo, los agentes llegaron a auxiliar primero al grupo de nuevos invasores, a pesar de que fue el grupo que comenzó con las agresiones a los posesionarios e incluso a los elementos de Seguridad Pública.
Por lo anterior, María del Carmen Vázquez amenazó, “yo estoy desde hace nueve años, yo estoy desde los nueve años, no me va a sacar (el apoderado legal), no me va a sacar, porque yo llegué primero, no, no, ojalá las autoridades tengan conocimiento, así que me lleven al bote, no van a entrar, no va a entrar, porque las autoridades están conmigo”.
Hilario Martínez y los posesionarios “legítimos” confían en que pronto se resolverá este conflicto y sobre todo que se resolverá antes de que ocurra algún enfrentamiento que pueda tener lamentables consecuencias.