Juan Carlos Jiménez
Tlapacoyan, Ver.- La falta de una estrategia, de apoyos técnicos y económicos, de investigación, y el “injusto” precio que se paga a los productores, ha provocado que la que fue la zona de Tlapacoyan y atzalan haya resultado con serias pérdidas durante el 2016.
Son muchas las carencias con las que desarrollan sus actividades los cafeticultores que han impactado la producción, en un momento en el que, paradójicamente, ha aumentado el consumo en el mercado nacional y, por lo tanto, la demanda del grano.
Es de señalar que ya vino una tumba de cafetales debido a los precios tan bajos que se presentaron en su momento, por lo que la gente se cansó de seguirle invirtiendo al café, que no es un negocio en el que mañana puedas ir recuperando lo que gastaste.
Desgraciadamente es meterle recursos y esperarse cuatro años para comenzar a recibir algunos beneficios aunque son mínimos, por lo que con esto de nueva cuenta en algunos años la zona cafetalera de los municipios señalados será una región triste y olvidada.
Y lo más grave es que, ante la falta de programas de apoyo gubernamentales se tornan “una tomadura de pelo”, tanto porque llegan tarde o de plano no llegan a los productores; o porque los precios para el cafeticultor están muy castigados, aunque sea el que más riesgos corre en la cadena productiva, pues únicamente se pagan 3 o 4 pesos por un kilo de café en cereza cuando es bueno el precio.
Por lo que se espera que para el 2017 los precios mejoren y sea una fuente de verdaderos ingresos para los cafeticultores no solo de la región sino de todo el estado de Veracruz.