8 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Acoso sexual debe ser considerado riesgo laboral

 

El acoso sexual a mujeres trabajadoras debe ser considerado un riesgo laboral y sancionarse como tal, lamentablemente quienes son víctimas no denuncian por temor a represalias, destacó Inés González, directora colegiada de la Red de Mujeres Sindicalistas.

Manifestó que en la reforma laboral del 2012 y en específico en el artículo 259 bis se contempla al hostigamiento sexual laboral, sin embargo ha resultado insuficiente y aún se siguen presentando casos que en la mayoría de las ocasiones no son denunciados.

Resaltó que se debe proceder por la vía administrativa y no penal contra el acoso laboral que generalmente enfrentan mujeres, además de que dentro de los sindicatos debe generar una vía para la atención de cada uno de los casos que puedan presentarse.

Reiteró que no hay cifras exactas sobre el acoso sexual a mujeres en el trabajo, debido a que hay temor a represalias, las cuales aplican algunas empresas contra las víctimas; "puede ser económica y que despidan a la mujer, por eso pocas ponen una denuncia", destacó.

Otro de los pendientes en materia laboral resaltó que dentro de los sindicatos es que a pocas mujeres se les permite formar parte de las comisiones negociadoras en los contratos colectivos de trabajo, por lo que necesidades específicas para la equidad de género no son atendidas.

Indicó que en el país actualmente la brecha salarial entre hombres y mujeres es de entre un 20 y un 30 por ciento, siendo el sector femenino quien menos gana pese a que ocupan el 40 por ciento del sector productivo y laboral.

Resaltó que en materia laboral para las mujeres aún existe un fuerte rezago en la atención a sus demandas, misma que se ve reflejada dentro de los sindicatos y sus contratos colectivos de trabajo que están rezagados.

Entre los pocos avances que en materia laboral se han logrado para las mujeres, a través de los sindicatos, es que dentro de los discursos ya existe un lenguaje más inclusivo y menos sexista, pero resulta insuficiente.


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