Por orden del líder de la Sección 23 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana (Stiasrm), desde hace dos meses se le impide el acceso al ingenio El Potrero, a un trabajador “incómodo” a quien sin un fundamento legal, se le achaca de exhibir las percepciones de los integrantes del Comité Sindical, que van de los 40 a mil 48 mil pesos mensuales, mientras un obrero apenas logra ni 8 mil pesos.
Alonso Abelardo Yáñez Fernández, tras 25 años de laborar en el ingenio El Potrero, lamentó la actitud de Modesto Trujillo, líder de la Sección 23, pues sólo por el hecho de considerarlo su adversario, ordenó a la empresa su baja inmediata, sin mediar documentación oficial ni finiquito acorde a casi tres décadas de labores.
“Distribuyeron la nómina del Comité Directivo en los baños de la factoría, eran hojas de papel “reciclado” del área administrativa del ingenio y alega que fui yo. Ya presenté la querella en la Junta de Conciliación y Arbitraje, pero lejos de garantizar una justicia pronta y expedita, afirmaron que si bien me va, en tres años lograrán mi reinstalación”, expresó el afligido obrero, que desde el 19 de marzo del año en curso, fue excluido de la base laboral así como de su salario y prestaciones de ley.
Aseguró ante la prensa local, el desconocer la información revelada de la nómina de la Sección 23, aunque se dijo contrario a Modesto Trujillo por muchas razones, entre ellas porque el señor es un ladrón que ya estuvo encarcelado por fraude, purgó condena de 6 ó 7 años por fraude, "nunca he estado con él ni voy a estarlo".
El entrevistado señaló que esta no es la primera vez que sufre el acoso del dirigente, pues ya en otra ocasión cuando logró obtener una beca por parte del sindicato para estudiar una ingeniería en el Tecnológico de Huatusco y gracias a sus calificaciones, el gusto sólo le duró dos meses, pues se la retiraron sin explicación mayor, sin embargo lo curioso es que esa beca se sigue cobrando y el dinero ya no le llega a él como beneficiario.
Otro de los conflictos que atraviesa es que su madre de más de 83 años de edad dependía del seguro que gracias a él tenía, pues es diabética, pero desde que fue dado de baja la atención médica también le fue suspendida.
Yáñez Fernández, escribió una carta al Secretario General del STIARM, Adrián Sánchez Vargas en el momento en que le fue retirada la beca, para exponerle que era parte de un “terrorismo” que empleaba Modesto Trujillo para atemorizar a todo aquel que no comulgaba con su pensar, o simplemente por no estar de acuerdo con el manejo que tenía en dicha sección.