Redacción
Misantla, Ver.- La fiesta del Día de los Pocitos teniendo como sus máximos representantes al Pozo de Nacaquinia y Zotuco, cada vez que son elecciones se vuelve un escaparate político en el que los aspirantes al puesto público que sea utilizan dicha fiesta tradicional para hacer acto de presencia, aunque años antes nunca se les vio compartiendo de la tradición o años después mucho menos.
En este 2016 no fue la excepción, pues hay contienda electoral hacia la gubernatura del estado y a las diputaciones locales, el arribo de aspirantes políticos a las fiestas del Pocito de Nacaquinia levanta los comentarios de quienes ven con desagrado se mal use la tradición que identifica a Misantla.
Verdaderos baños de pueblo son los que se pretenden dar los candidatos, que año con año buscan “agradar” a la población con su presencia, más bien logrando lo contrario y despertando el descontento de los habitantes de Misantla.
Por ahí han desfilado políticos como Édgar Spinoso, quien por cierto dejó plantados a los habitantes de Misantla, pues como padrino que fue hace un año cuando estaba en campaña, este año debía volver a colocar la Cruz, como lo marca la tradición para agotar su segundo de tres años que debe de ser como padrino.
Este año quien desfiló por el Pocito de Nacaquinia fue el Gallo Bolo, Ernesto Cuevas Hernández candidato del AVE, el PRI y demás partidos a la diputación local quien asistió al pocito y hasta fue bautizado con el agua del sitio.
Otra más que se apareció fue Martha Arroyo Pacheco, sin embargo ella por años desde su infancia ha vivido a unos cuantos metros del pocito, aunque no desaprovechó para entregar volantes pidiendo el voto y aparecerse por el lugar.
De esta forma una de las tradiciones más renombradas y antiguas como el Día de los Pocitos se vuelve un trampolín político.