* Los altos decibeles son algo insoportable, dicen habitantes
Miguel Bautista
Vecinos de todas las colonias de este municipio están hartos del ruido que generan los anuncios ambulantes (generalmente conocidos como perifoneos), pues sus incesantes bocinas recorren todas las zonas de nuestro municipio con altos decibeles de volumen a todas horas y sin descanso.
Martín González, expuso que él vive en un andador y que el ruido se encierra en lugares como estos, sin embargo, el problema no es la oferta de productos, sino que en ocasiones a altas horas de la noche aún siguen deambulando este tipo de anuncios con altoparlantes, razón por la que se encuentran hartos de esta situación.
Sobre el tema dijo que son dos los departamentos los que deberían poner orden a esta situación, pues el departamento de Ecología y Medio Ambiente está facultado para sancionar a las empresas que reparten estos productos con volumen alto por la contaminación auditiva, e incluso el departamento de ejecución fiscal, que se encarga de los asuntos de comercio en esta zona.
Yolanda Arroyo, de la colonia Maloapan, también opinó que debería verificarse esta situación, pues al menos en su caso ella tiene una bebé de 1 año de nacida que no puede conciliar el sueño como es debido para su edad, por el ruido generado desde la calle por estos y que incluso ha tenido que sostener discusiones acaloradas.
En notas anteriores fue José Luis Viveros, vecino de la colonia Los Olivos, quien citó que la contaminación auditiva es permanente con unos u otros negocios ofertando sus servicios o productos a través de la publicidad conocida como perifoneo, donde unidades con altoparlantes a todo volumen recorren las calles de la ciudad con el objetivo de que la ciudadanía decida sobre los mismos.
“El ruido es desde las 6 de la mañana hasta las 11 de la noche prácticamente, primero es el del agua, luego los mototortilleros, las pizzas, los que compran fierro viejo, en fin, y principalmente el problema mayor es con los mototortilleros porque andan como 10 o 12 en la colonia y hasta se insultan con los claxon”.
Es por ello que ante la indolencia de autoridades, las quejas por contaminación auditiva no se sabe a dónde ser encauzadas, pues las normas de armonización no son respetadas en absoluto.