* Los trabajos de cosecha marchan sin grandes contratiempos, buscando reducir gastos al máximo
Facundo Bartolo Salazar
Productores cañeros de la región confían en cumplir su meta de entregas al Ingenio La Gloria, mismas que en los últimos años han rebasado las 35 mil toneladas que en cada zafra son cosechadas en los diferentes ejidos donde se siguen haciendo grandes esfuerzos por conservar las plantaciones de la gramínea, con la esperanza de que cambien las perspectivas para ese cultivo en el futuro, indicó Beatriz Lecortúa Muro, en su carácter de productora.
Informó que “afortunadamente el corte de caña en los diferentes ejidos está avanzando sin grandes contratiempos, siempre cuidando que no se disparen los gastos generales de cosecha, que muchas veces nos pega en nuestra economía y es muy difícil de controlar, solamente reclamando con energía a los encargados de esos trabajos podemos salvar la situación”. Manifestó que, pese a la precaria economía de los cañeros que impide dar una adecuada atención a las plantaciones, el tonelaje que se obtiene por hectárea es aceptable, considerando todas las dificultades que se presentan en ese ámbito.
Lecortúa Muro insistió en que los cañeros lucharán hasta el final para conservar sus plantíos, con la esperanza de que en el futuro pudieran presentarse nuevas perspectivas para el procesamiento de la gramínea que representen oportunidades de mejorar sus ingresos. Comentó que ojalá la producción de bioetanol u otras sustancias implique el uso de la caña como materia prima, generando con ello posibilidades de reactivar los campos, quizá aun cuando el Ingenio Independencia no sea reactivado en su totalidad. No descartó la posibilidad de que nuevas empresas lleguen a hacer propuestas que resulten atractivas para los cañeros y en verdad haya opciones para continuar en esa actividad.
Mencionó que por lo pronto, las cañas de la región se seguirán enviando al Ingenio La Gloria, confiando en mejorar el precio por tonelada del producto, que si bien ha resultado aceptable, en ocasiones es seriamente mermado por los gastos, los cuales se deben reducir para no afectar la precaria economía de los productores.