Álvaro Guerrero
Con el reciente aumento a la tortilla, que ahora se comercializa a 14 pesos el kilogramo, las amas de casa se quejan de tal aumento, pues han estado observando que les afecta tal incremento, ya que el consumo de la tortilla es diario a comparación de otros productos, expresó en su carácter de ama de casa Elizabeth García Sánchez.
Enfatizó que “creo que a todo mundo nos afecta el aumento a la tortilla y más viendo cómo está la situación económica, yo en mi casa compro un kilo diario, pero cuando se reúne la familia compramos hasta tres kilos… vamos a seguir comprando la misma cantidad de tortillas, porque es el consumo diario, no podemos reducir la cantidad, porque no nos vamos a completar”.
Precisó que el aumento al precio de la tortilla se dio de la noche a la mañana, por lo que las tortillerías no colocaron con anticipación cartelones en que mencionaran el aumento al precio, además que no se menciona quién autorizó el aumento al precio de la tortilla en el municipio como lo hicieron los comerciantes.
Señalaron que las tortillerías al saber que en el municipio no se encuentra la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), pues optaron por subir el precio, no existe nadie que pueda regular las fábricas de la masa y tortilla, siendo las únicas afectadas en su bolsillo, las amas de casa.
Además, esto da hincapié de que aumenten otros productos de la canasta básica, ya que se vuelve algo recurrente que al incrementar el costo de algo, tienen que ir a la alza los demás productos esenciales de consumo diario, sabiéndose que no es tiempo de que las cosas suban.
Aseguraron que con la baja del precio de la gasolina y de la energía eléctrica, con eso se compensaba la comercialización de este producto y se estableciera de la misma manera, por lo que no tienen razón los comerciantes de subir a tal grado el costo de un producto indispensable en la dieta de los mexicanos.
Pide que las autoridades les exijan a los productores de la masa y la tortilla que regulen sus precios, pues observan que el único afán es acarrear más dinero a costa de las personas que van sobreviviendo con los salarios muy bajos, y estos quieren abusar y brincarse la ley.