Un accidente en las aguas del río Bobos y unas cuantas horas en la sala de urgencias de la Clínica 28 del Instituto Mexicano del Seguro Social, de este municipio, fueron suficientes para que los negligentes, inhumanos e indolentes médicos de ese hospital, sin hacerle ningún estudio, determinaran que tenía muerte cerebral.
Sus familiares, al ver que no le habían hecho prácticamente nada y que los hombres de la bata blanca, como ya es su costumbre, estaban buscando la salida más fácil y rápida para echarlo del hospital, pidieron ayuda y consiguieron trasladarlo al IMSS del puerto de Veracruz, en donde le dieron una rápida atención y ahora ya está en recuperación.
Esta es la historia de Alfredo
El domingo 27 de diciembre del año anterior, Alfredo, un joven de 17 años de edad, vecino de la colonia Los Reyes, en Martínez de la Torre, salió de su casa para disfrutar -con su papá, su mamá y sus dos hermanas- de un fin de semana familiar en las aguas del río Bobos que pasan por la comunidad Novara, en los límites de este municipio y Atzalan.
No pasaba más de la una de la tarde cuando Alfredo se sumergió en el citado afluente para refrescarse, pero -en cuestión de minutos- comenzó a pedir ayuda, porque había caído a una profunda poza y, al no saber nadar, comenzó a hundirse; se estaba ahogando ante la mirada de sus padres y sus hermanas, que apenas comenzaban a poner los refrescos y la comida en el pasto para disfrutar del soleado día.
El padre de Alfredo, Carlos Campos Mota, cuenta que -aunque tampoco sabe nadar- el instinto paternal lo hizo aventarse al río para salvar a su hijo. “Fueron minutos desesperantes, pensamos que íbamos a morir, no podía sacarlo, yo también estaba tragando agua, pero -de pronto- una mano me alcanzó y me sacó, era el integrante de una familia que estaba disfrutando del fin de semana en ese mismo lugar”, relata
Cuando salí a la orilla, cuenta el padre de Alfredo, comencé a gritar desesperadamente para que sacaran a mi hijo, fueron minutos eternos porque creí que lo perdería, él estaba en una poza y sólo podíamos ver su cuerpo inerte en la profundidad; gracias a la ayuda de las personas que estaban ahí, logramos sacarlo y fue entonces que pedí que me llevaran al Seguro Social, ubicado a escasos siete minutos de la mencionada comunidad.
El calvario dentro del IMSS de Martínez
Cuando llegaron a la clínica, comenta el padre de Alfredo, ingresaron a urgencias, y ahí comenzó el calvario. Como de costumbre no había médicos especialistas, todos estaban de vacaciones, al menos eso es lo que decían en la sala. “Pasó el domingo, lunes, martes y como no veía que mi hijo recibiera atención, entonces busque al sub-director, el doctor Contreras, porque el director del hospital, José Aguilera Campos, estaba disfrutando de sus días de asueto”, expresa el entrevistado.
“Cuando me dejan hablar con subdirector, le digo que quiero que trasladen a mi hijo a Veracruz y me prometió que así sería, pero pasaron las horas y no había respuestas; entonces seguí buscando como sacarlo de ahí y fue así que entrevisté con el doctor De la Barrera, él me dijo que mi hijo no era candidato para el traslado y menos para terapia intensiva, pues para él, ya el menor tenía muerte cerebral”, describe.
Aún y con el supuesto diagnostico, Carlos sigue buscando la ayuda, ahora del DIF Municipal y de personas conocidas en Martínez de la Torre. Fue hasta el miércoles que consiguió el anhelado pase para el IMSS de Veracruz, a donde el menor llegó con signos vitales y hasta reflejos, incluso ya hubo necesidad de de mantenerlo conectado al respirador artificial.
La atención en Veracruz
“Los médicos del puerto no entendían por qué habíamos llevado a mi hijo hasta allá y menos por qué decían los doctores de Martínez que tenía muerte cerebral. En Veracruz me dieron una atención de calidad, eso debo reconocer, y gracias al trabajo de los especialistas, en seis días mi hijo salió caminando del hospital. No había muerte cerebral, sólo un cuadro grave de neumonía, en eso trabajaron y lo sacaron adelante”, expresa el padre Alfredo, el menor que para los negligentes galenos de Martínez de la Torre estaba prácticamente en la tumba.
La recomendación del paciente y su familia
Al cuestionar al padre del menor en relación a una posible denuncia contra los médicos de la clínica 28 del Seguro Social de Martínez de la Torre, dijo que no pondrá queja alguna, sólo que su caso sí lo seguirá haciendo público por todos lados, para que las personas que están dentro de ese hospital esperando respuestas, no se dejen llevar por los primeros diagnósticos, que busquen otras alternativas, ya que ahí las inhumanas e indolentes manos de los doctores, siempre buscan la salida más fácil.
“El caso de Alfredo no es único, todos los días hay quejas por pésima atención, pero desafortunadamente las autoridades de salud siguen haciendo como que no escuchan, ni ven. Cuántas vidas no se habrán perdido, sólo porque para ellos es más sencillo decir que no hay nada que hacer, antes de ponerse la bata y cumplir con ese juramento que hicieron al concluir su preparación. En la clínica de Martínez los doctores solo van a cumplir con un horario y a tomar café”, concluye en padre del menor.