Rocío Ramírez
Martínez de la Torre, Ver.- Ante la iniciativa sobre la legalización de la marihuana que llegó al Senado en días pasados, donde el PRD propone dar competencia a los estados y el DF en el control sanitario de drogas, se espera que la voz de la ciudadanía sea considerada.
Respecto a la regulación del uso de la marihuana en México que inició un nuevo camino con la presentación de un paquete de iniciativas de la izquierda que, entre otras cosas, darían a los estados y al Distrito Federal más facultades para legislar en la materia, se buscó la opinión de Constantino Rodríguez Reyes, párroco del santuario de Guadalupe de Villa Independencia.
Expresó que en cuanto el método para determinar las leyes, considera que no ha sido tomada en cuenta la opinión más importante que es la sociedad civil, ya que solo se lleva a cabo en el Senado.
“Deben tomar en cuenta a la sociedad, para ver una opinión real de si se debe o no aprobar, ya que ante todo se tiene que buscar un beneficio social”, explicó.
Dijo que la voz de la ciudadanía no se toma en cuenta en el momento de las aprobaciones en cuanto a las leyes, ya que solo se sabe por el Diario Oficial de la Federación que ya se aprobó “tal o cual ley”, pero la sociedad en si no está consciente de las consecuencias o de tal artículo que se haya reformado.
Indicó que hace falta una cultura de la legalidad al aprobar las leyes, ya que la Cámara de Diputados está muy lejos de la voz de la sociedad civil.
“Al final, muchos de los senadores y diputados que aprueban las leyes están pobres de información, normalmente las fuentes del legislador son la internet o de los porcentajes que se obtienen de determinadas encuestas”, citó.
En cuanto a la aprobación, el párroco está en total desacuerdo, comentó que lo único que beneficiaría es en cuanto al costo, ya que al legalizarlo consideró que bajaría su precio, pero agravaría la situación, ya que estaría al alcance de cualquier persona y sería más dañino.
Refirió que es un bien en cuanto a la utilización de fármacos, pero en si se le daría otro uso, recalcó que la aprobación no solucionaría el problema, ya que no mejorarían las conductas de quien la consume y por consiguiente sería más fácil adquirirla en los establecimientos que adquieran la concesión.
Finalmente pide a la sociedad civil que se informe y en cuanto sean encuestados sobre este tema, den una información razonada y si realmente se llegara a algún consenso, que aparezca con nitidez la opinión de la sociedad civil.
