* Clase trabajadora se va empobreciendo más
* No saben, cómo despedirán el año
Brenda Pérez Aguilar
Aunque en este 2015 si hubo trabajo para esta región, los salarios fueron muy raquíticos, remarcó el representante de la CTM, Daniel Cano Hernández.
“Si hubo un ingreso para las familias de la clase trabajadora, lo único malo es que mes a mes sube todo y el incremento al salario es muy poquito, el cual tenemos que ir ajustando a nuestras propias necesidades, por lo que ahora tenemos que alimentarnos con menos dinero, debido a la grave situación que atraviesa la clase trabajadora”, mencionó.
Subrayó que desgraciadamente los productos de la canasta básica no suben en porcentaje, sino en pesos, por ejemplo en este momento, el jitomate se encuentra entre los 25 y 30 pesos, cuando estaba en 12 pesos y las amas de casa no tienen de otra más que hacer rendir su comida.
Para resarcir toda esta situación, los trabajadores deberían de tener un salario mínimo de 200 pesos diarios, pero desgraciadamente es un sueño, porque apenas y subió un 4.2 por ciento, es decir que de 70 pesos con diez centavos, pasó a los 73, lo que es algo realmente ilógico.
“Con este raquítico incremento al salario mínimo el pueblo se va empobreciendo cada vez más, porque las industrias no tienen venta, los millones de trabajadores no tienen dinero para realizar sus compras, el kilogramo de carne supera los 100 pesos y muchos deben de juntar dos jornadas para comer carne mínimo una vez a la semana, porque nuestras mismas autoridades en el país están en contra del progreso”, lamentó.
Puntualizó que para despedir el año, las familias que tengan dinero se comprarán un pollo rostizado para estar con sus hijos aunque no tengan en abundancia, sino para pasarla más o menos en la cena de año nuevo, y aunque la clase trabajadora sabe ajustarse a todas las circunstancias, pidió a las autoridades municipales y estatales que los apoyen, ya que a ellos nunca les llega un apoyo económico, cuando los patrones les exigen productividad, pero si los trabajadores no tienen ni para comer, no pueden laborar con las mismas ganas que el resto de la población, porque los salarios no alcanzan y la clase trabajadora, desgraciadamente es la más afectada.