José Luis Rogel Montalvo/Boca del Río.- Nubes de polvo y arena, “empanizaron” a los peatones y automovilistas, en la carretera que comunica a los municipios de Boca del Río y Veracruz, con el municipio de Medellín; las rachas de los vientos del norte, - que alcanzaron los 70 kilómetros por hora frente a las costas de la zona conurbada Veracruz Boca del Río -; causaron problemas de visibilidad en esta zona.
“Oiga, desde que empezó la obra, no se puede caminar por aquí, nos entra tierra en todos lados, hasta dentro de las orejas, y un poquito más; no se puede andar en tiempo de norte; ni siquiera puedo utilizar faldas, la arena me pica las piernas”, comentó una estudiante que pasaba por el lugar.
A más de un mes de iniciados los trabajos, de introducción de drenaje, en el arroyo vehicular, en esta zona; se registran acumulamientos de arena y polvo. Algunos de los más afectados, fueron los peatones que caminaron por la orilla de la carretera, para dirigirse a sus destinos, la mañana de ayer.
"Por supuesto que sí es un problema, para los que pasamos por aquí todos los días, son nubes de polvo y arena, hay que salir con pañuelos en la boca, o lentes para el polvo", dijo Ramón Gutiérrez, vecino del Infonavit Las Vegas Dos, de Boca del Río.
"No se puede ver bien, por el polvo y la arena, tengo que estar hasta cinco minutos esperando, luego los automovilistas pasan muy rápido, y es un calvario para nosotros", refirió una joven que caminaba por este sitio.
Incluso, los trabajos abarcan, hasta un tramo frente a la colonia Alfredo B. Bonfil del municipio de Veracruz; donde los peatones tienen que caminar, a veces haciendo “malabares”, entre brincos y saltos, para librar algunos de los registros instalados recientemente en esta zona.
Cabe mencionar que la orilla de esta carretera estatal, es el escenario por donde se desplazan algunas personas hacia sus trabajos, como los casos de algunos albañiles que ayer por la mañana, caminaron por la orilla de la carretera, empujando sus triciclos, para transportar sus herramientas de labores.
Los trabajadores de la construcción, habrían llegado “empanizados” a sus centros laborales; por las nubes de arena y polvo, que se registraron en el lugar.
“De plano me puse unos lentes, como protectores, para poder caminar por aquí, voy a mi trabajo, llevo mi herramienta; en mi triciclo, pero llevo arena hasta en las narices, es verdaderamente un calvario caminar por este lugar”, comentó Pedro Utrera, un albañil que caminaba, junto a la carretera.