* Quieren imponer su sistema en grandes ciudades como Martínez de la Torre o Teziutlán
Miguel Bautista
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) pretende imponer el uso de la tarjeta inteligente en las grandes ciudades como un nuevo sistema moderno de llevar luz a los hogares de la región, aun y cuando esto sea de forma obligatoria, por lo que se percibe una dificultad y nueva confrontación con los usuarios que no deseen cambiarse, por lo que a decir de conocedores en el tema, las virtudes que acarrea dicho sistema solo serán válidos hasta que existan formas de pago cercanos a los domicilios.
Federico Pérez Gómez, vocal del Consejo Ciudadano ante la Comisión Federal de Electricidad con sede en la superintendencia de Teziutlán, Puebla, explicó que el nuevo sistema de cobro (tarjeta inteligente) está siendo paulatinamente aceptado en esta ciudad, esto a decir de las pláticas sostenidas con Pedro Rumilla, superintendente en la agencia ubicada en la zona serrana, sin embargo invitó a recordar que dicha aceptación no es obligatoria ni esta sujeta a leyes para aceptarla u obligarse a su instalación.
Aclaró que de acuerdo a su experiencia, dicha tarjeta tiene ventajas y desventajas que pone a disposición del público en lenguaje coloquial para que sea comprendido y sean ellos mismos quienes opten por esta decisión o no, pues aunque ya se han instalado algunos sistemas de cobro convencionales en algunas farmacias y negocios en este municipio, también se tiene que considerar el pagar 12 veces al año (cada mes) este precepto y no 6 (por bimestre) como se hacía anteriormente.
Otra de las supuestas virtudes que pretende dicha tarjeta son las lecturas que se realizan en el nuevo medidor, con la cual se podría desconectar o nulificar todo el sistema de electrificación en un hogar y reiniciarlo en el momento que se desee (esto es de utilidad para personas que realizan largos viajes o vacacionan en lugares alejados), y el último de los beneficios descritos, quizá el más llamativo, es que si se corta la luz por morosidad en pagos, al abonar dicho saldo a la tarjeta se podrá reconectar el sistema de electrificación sin necesidad de un gasto extra que sucede con el medidor convencional.
Expuso que se debe estar alerta con el nuevo contrato que supone dicho cambio, ya que se pretende cobrar un monto de 80 pesos por el nuevo contrato, esto a pesar de existir uno previo en la instalación del primer medidor de luz en nuestros hogares, lo que lo convertiría en un negocio redondo (pues de 30 mil usuarios o consumidores que se presumen existen en nuestra ciudad sería una fuerte suma de dinero si todos llegasen a cambiarse al sistema de medidores digitales).
Advirtió que dicho depósito no debe ser aceptado, pues en caso de querer cambiarse debe hacerse de manera gratuita, apelando al contrato que se realizó con anterioridad y que debe hacerse válido a toda costa, pues en esa forma de presión consiste que se respeten los derechos de usuarios del país.
Abundó en que a pesar de la modernidad que suponen dichos aparatos existen algunas quejas de medidores inteligentes, algunas de ellas se basan en su descomposición parcial (se alocan en lecturas), fragilidad a diversos materiales como polvo o fauna pequeña, (cuijas o cucarachas), lo que en ambos casos resulta un gasto extra por el aceleramiento en medición.