Juan Carlos Jiménez
En Tlapacoyan se generan cerca de 200 a 250 toneladas de basura agrícola como bolsa para banano, envases para fertilizantes, hilo de pita o rafia, rejas para cítricos, costales, entre otros desechos que son quemados o enterrados generando una fuerte contaminación, porque una empresa pretende recolectar cerca de 150 toneladas mensuales y en donde los productores recibirán un ingreso por estos desechos.
Víctor Javier Tobías Segura, señaló que desafortunadamente los productores no realizan una separación de sus desechos o simplemente la amontonan en un rincón, esto para cuando tengan una buena cantidad la quemen o la entierren.
Situaciones que al realizar la práctica de las dos contaminan el medio ambiente, por ello la intención de asentar esta planta receptora de desechos agrícolas como bolsa para banano, envases para fertilizantes, hilo de pita o rafia, rejas para cítricos, costales, entre otros desechos.
Destacando que están en una etapa de reconocimiento de la zona, empezando por el municipio, posteriormente se extenderán a los municipios aledaños debido a que será una planta regional, donde espera abarcar desde el municipio de San Rafael hasta la zona serrana del estado de Puebla.
Tobías Segura señaló que en esta primera etapa están captando estos desechos, de los cuales tienen que realizar un proceso manual como la separación de la bolsa, la cual deberá ser por color para volver a transformarla y así obtener un mejor ingreso.
De la misma manera se recibirán las rejas de plástico que estén rotas, los desechos de hilos como la rafia o hilo de pita, que serán transformados en rejas para vegetales.
Por ello darán una capacitación a los productores para que el material para reciclaje que entreguen tenga un valor mayor que si lo entregaran revuelto, a pesar de ello, esta planta recicladora podrá traer cerca de 20 empleos directos y medio centenar de empleos indirectos.
Siendo beneficiado así el medio ambiente no solo en Tlapacoyan, sino en los municipios aledaños y principalmente que ya no será contaminado el río Bobos, el cual en cada temporada de lluvia son arrastrados cientos de toneladas de estos desechos que acaban con la biodiversidad acuática y hasta cabezas de ganado que al comer el plástico se ahogan.