* Rentabilidad del delito, talón de Aquiles
Aseguró también que vive en la “justa medianía” y que nunca recibió un “centavo de nadie” mientras fue secretario de Salud
Naldy Rodríguez
Xalapa, Ver.- Juan Antonio Nemi Dib luce melancólico, pero mantiene su claridad y firmeza para hablar: “nunca recibí un centavo de nadie y nunca tomé un peso mal habido”.
El hoy secretario técnico del Consejo Estatal de Seguridad Pública decide abrirse ampliamente tras su salida de la Secretaría de Salud y su reciente enfrentamiento con el titular de esa dependencia tras una serie de acusaciones en su contra por supuestos actos de corrupción.
En una larga charla (a la que llegó sin ninguna compañía), destacó la necesidad de modificar el ADN social para inhibir los índices delictivos, pero también reconoció que tuvo una actitud “irracional e inmadura” al confrontarse públicamente con el secretario de Salud y que lastimó -en mayor medida- al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
En entrevista exclusiva para Grupo Editorial Sánchez, adelantó que los meses que vienen el gobierno dedicarán tiempo y esfuerzo para aplicar la reforma judicial para que entre en funciones una policía científica, pues ahora se le dará prioridad a periciales y a la evidencia.
“La nueva reforma acota, disminuye y limita dramáticamente la prueba testimonial y le da prioridad y énfasis a la evidencia científicamente irrefutable, esto obliga a que exponenciemos las capacidades tecnológicas de nuestros servicios criminalísticos”, expuso.
El principal reto del nuevo sistema de justicia penal, explicó, es la capacitación a los policías y en Veracruz se lleva un avance del 40% de los 20 mil elementos aproximadamente que existen en el estado, entre agentes de tránsito, ministeriales, militares y navales, mando único y la fuerza civil. Para la acreditación, comentó, deben tomar un curso eficaz de 130 horas.
“Queda totalmente desfasada la policía preventiva… con la reforma penal ya no pueden esperar a que lleguen los peritos forenses, tienen que hacerse cargo de la escena del crimen (no solo de un crimen, también de robo, fraude, asalto), tiene que hacerse responsable de tomar a asegurados y proteger a la víctimas con riguroso apego al catálogo de derechos humanos”, dijo.
Ahora el policía preventivo tiene que hacerse responsable y si se equivoca habrá muchos delincuentes en la calle, advirtió sobre el reto que deberán enfrentar las instituciones de seguridad en los próximos meses.
Rentabilidad del delito, talón de Aquiles
Para Nemi Dib, quien estuvo a cargo del Instituto de la Policía Auxiliar (IPAX) en el sexenio anterior, la rentabilidad del delito es el talón de Aquiles en la sociedad. Lo que hace falta primero es capitalizar el cumplimiento de la ley y mejorar las condiciones económicas de la población.
“Primero una justicia distributiva: No puedes aspirar a un país con bajo índice delictivo con tanta pobreza”, evidenció el exdirector del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
A título personal, opinó que México entró en una dinámica en la que la ciudadanía exige sus derechos, pero omite el cumplimiento de los deberes, hay un sector que pelea por lo que le corresponde sin respetar al prójimo.
Lo ideal, dijo, sería empatar los deberes y obligaciones, pero para lograrlo deben hacer rentable el cumplimiento de la ley, que les de beneficios a ciudadanos e instituciones.
“Para que el amor exista con dos que se quieran basta, en el momento en que la ciudadanía cumpla y exija, no quedará espacio para las irregularidades por parte de las instituciones públicas”, expresó.
El segundo elemento, es el hartazgo de la ciudadanía y diga: ya basta. No solo contra las instituciones contra sí mismo. Una sociedad auto regulada, comprometida a no excederse, no dejará espacio para instituciones fallidas, apostó.
En la sala de Juntas de El Heraldo de Xalapa, donde dialogó con el director general, Rubén Pabello Rojas, consideró que el nuevo sistema de justicia llegó con retraso, pues desde el 2008 se había revelado su urgente necesidad, “si hubiera llegado hace 10 o 15 años se hubieran evitado problemas”.
“El sistema constitucional mexicano como tal está agotado. El Estado que deviene ya no tiene mucho que aportar, las instituciones ya no están preparadas”.
Todo está diagnosticado y se sabe las causas, pero no hay resultados, le reviró Pabello Rojas en lo que se convirtió en una mesa de análisis sobre la falta de cumplimiento de obligaciones y deberes por parte de la sociedad.
Nemi Dib aceptó, pero agregó que es momento de replantearse con seriedad un nuevo pacto con la sociedad y de romper tabúes históricos y abrir el debate.
A quien más ofendí fue al gobernador
Tras 9 meses de ataques mediáticos en su contra, el exsecretario de Salud asegura que estalló la olla de presión, lo que lo llevó a confrontar al actual titular de esa dependencia, Fernando Benítez Obeso, situación que, dice de ninguna manera es un hecho que lo pueda orgullecer.
A la distancia, afirma que sin lugar a duda la conducta que tuvo no fue la adecuada, basta con ver las fotos para darse cuenta que estaba fuera de control.
“Durante 9 meses ha vivido una de las campañas más intensas de descrédito de mi vida profesional... Yo no recuerdo una campaña tan pertinaz, tan persistente, tan sistemática, en la que se usaran todos los recursos disponibles para difamar… con un ánimo muy notorio y evidente de lastimar, hacer daño, hacer un agravio”, lamenta.
El día del “penoso” incidente (el pasado 18 de mayo, cuando increpó al secretario de Salud previo al evento oficial por el 25 aniversario luctuoso de Rafael Hernández Ochoa ante reporteros y funcionarios estatales) acababa de leer una noticia en la que lo acusaban de haberse robado 200 mil pesos para pagar un bypass gástrico y un tratamiento de desintoxicación a una persona, esto último sí ocurrió.
“En el momento que llegó esa nota, vi al secretario, lo demás ya lo conocen, no me siento feliz”, comentó.
Nemi Dib, quien ha ocupado diferentes cargos en la administración pública desde el gobierno de Dante Delgado Rannauro, aseguró que sin darse golpes de pecho, puede sostener que no hay un proveedor de la Secretaría de Salud o alguna otra dependencia (en la que ha trabajado) que no pueda ver a los ojos, “nunca recibí un centavo de nadie y nunca tomé un peso mal habido”.
“Toda la vida la he dedicado al servicio público con verdadera vocación, nunca me planteé ser rico, nunca me planteé estar aquí para ganar lana, si quisiera hacer negocios, sin alabanza, creo que me hubiera ido medianamente bien”, insiste.
Quiere dejar atrás “la bronca” y darla por superada porque a quien más ofendió fue al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
-¿Cómo es su relación en estos momentos con el gobernador?
-Contento no está y con toda razón, pero creo que al fin de cuentas entendió mi posición y obviamente que estoy muy apenado por lo que hice con el gobernador.