Indicó que como parte del plan de desarrollo turístico, deben existir estudios realizados por biólogos marinos, geógrafos y oceanógrafos, para determinar la calidad de las aguas y también saber cómo podrían impactar los contaminantes en la franja donde se distribuye la corriente litoral, lo cual permitirá regular el efecto de la polución sobre el medio natural en la zona costera.
Las corrientes litorales tienen un flujo a lo largo de la costa, explicó, que va a determinar que una mancha de contaminantes o combustibles se mueva hacia una zona que será donde impacte esa polución, y ello debe conocerse antes de poner en marcha un programa de crecimiento urbanístico, así como solucionar el problema de las descargas de los drenajes urbanos en esteros, lagunas y ríos que desembocan en el mar y cuyas aguas llevan coliformes fecales, concluyó.