* Un trapiche para producir panela sería una empresa al alcance de los cañeros para generar ingresos
Facundo Bartolo Salazar
Al ser claro a estas alturas que el Ingenio Independencia no será reactivado, quedando ello como promesa electorera, aunada a las crecientes dificultades para enviar las cañas de esta región al Ingenio La Gloria, la única opción que tienen los productores es buscar posibilidades para procesar ellos mismos la gramínea que queda en los campos, organizándose en cooperativas para adquirir el equipo necesario, en su caso trapiches para producir panela o piloncillo, opinó Arturo Galindo Levet, en su carácter de productor.
Lamentó que nuevamente los cañeros y obreros hayan sido alentados con falsas promesas, sin que hasta el momento haya acciones concretas, después para que la factoría vuelva a funcionar, después de 12 años de larga espera. Es por ello que, insistió, “es necesario aprovechar la caña que aún queda en la región, buscando nuevos esquemas de producción, que sin ser costosos permitan a los productores obtener ganancias que de otra manera no llegarán a sus manos, en virtud de la situación que prevalece”.
Comentó que todo es cuestión de que los productores se organicen y diseñen en conjunto un buen proyecto en el que se contemple como aportación principal las cañas que tengan en sus parcelas, además de que algunos tendrían la posibilidad de participar en la administración de la nueva empresa y en la comercialización de los nuevos productos que sería factible en el mercado local. Indicó que “no se trata de incluir maquinaria costosa que definitivamente estaría fuera del alcance de los cañeros, sino de pequeñas instalaciones como la de un trapiche, no para producir aguardiente, sino panela, que tendría buenas posibilidades de comercialización”.
Galindo Levet mencionó que, por supuesto, la nueva empresa que sería solamente de los cañeros organizados tendría que ubicarse en un lugar estratégico, principalmente con caña disponible a una distancia corta, pero además con posibilidades de contar con agua, energía eléctrica y demás facilidades que hagan factible el procesamiento de la gramínea que permanece en los campos de la región y que hasta el momento no tiene otras opciones para ser aprovechada y generar ingresos.
