Ahora los edificios se encuentran llenos de maleza desde el inicio del recorrido hasta el fin del mismo; escasos dos custodios se encontraban presentes al momento de transitar por la zona, mismos que se encuentran encargados de vigilar los diez kilómetros cuadrados de la poligonal.
Maleza y todo tipo de vegetación comienzan a invadir las pirámides ante la falta de personal de mantenimiento; insectos socavan al interior de las estructuras y hasta el arroyo que corre a la derecha del recinto, continua afectando a las edificaciones pese a los trabajos de dragado y construcción de gaviones realizados en el último año.
Inclusive el museo de sitio ha sido rebasado por la cantidad de visitantes, sus espacios no permiten ampliar las muestras, mientras muchos de los bajorrelieves encontrados, son guarecidos en bodegas. Cuestionados al respecto, trabajadores de la zona advierten una sola respuesta: la falta de recursos.
Déficit de personal
Juan García Elías, subdelegado sindical de la zona arqueológica, refiere que es urgente la autorización de más plazas laborales, en virtud de que la plantilla ha envejecido, otros han ascendido y unos más se encuentran incapacitados, mientras el trabajo se acumula y los visitantes siguen llegando Tajín.
El secretario general de los administrativos, técnicos y manuales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Veracruz, Gabriel Del Valle Ferral, reconoce que existe un fuerte deterioro de las estructuras, motivado por el abandono total por parte de las autoridades.
Exigen que la directora general, Teresa Franco González Salas, acuda al Tajín en compañía de una comisión, entre ellos el coordinador de recursos humanos, Francisco Aarón García y el secretario administrativo, José Francisco Lujano Torres, para que observen las condiciones en las que se encuentra el centro ceremonial.
Hace 25 años se realizó la última contratación de 17 trabajadores, que se sumaron a la plantilla de quince existentes; sin embargo, pasado el tiempo, la mayoría de ellos ha envejecido, han ascendido y cambiado de puesto, sin que hayan sido cubiertas las vacantes, descuidando el resto de las áreas.
Durante el recorrido realizado el 28 de abril, desde el inicio hasta el final del mismo, se pudo observar la presencia de solo dos personas custodiando el patrimonio cultural de la humanidad.
Diariamente, El Tajín recibe la visita de dos mil personas en promedio, cantidad que se incrementa en temporada vacacional, especialmente en Semana Santa, llegando a recibir hasta diez mil personas por día, pero es el 21 de marzo cuando arriba la mayor cantidad de turistas provenientes de todo el país y el extranjero.
“Durante el periodo vacacional se suspenden los permisos y vacaciones para los trabajadores, nos acuartelamos para sacar adelante los eventos, pero tenemos que dejar otras funciones”, comenta Del Valle Ferral.
El personal de otras áreas es destinado a realizar labores de custodia y chapeo; sin embargo, esto se realiza en tiempo extra, el cual no se les ha pagado desde noviembre del año pasado.
“No están dentro de las funciones, ellos custodian, pero con tal de mantener su área de trabajo, realizan labores de limpieza. Deberían existir 17 custodios, pero uno se encuentra comisionado, dos se encuentran incapacitados, uno más se encuentra comisionado en la sede nacional, con los trece se trabaja, pero la plantilla se reduce con los descansos”, refiere.
A decir del subdelegado sindical, Juan García, se requiere de al menos duplicar el número de puestos de trabajo para atender todas las áreas, en especial mantenimiento y custodia.
Avanza la maleza
El déficit de personal ha propiciado la falta de mantenimiento en la mayor parte del centro ceremonial; la mayor parte de las estructuras se encuentra enmontada con hierbas que superan los 50 centímetros de altura y cuyas raíces abren camino entre las piedras de los edificios.
“Al jalar estas hiervas más grandes nos llevamos el estucado, por eso no se debe permitir que crezca sobre las pirámides, se debe tener una limpieza permanente”, reconoce el dirigente de los trabajadores del INAH.
El edificio I, la pintura mural, la gran greca, el juego de pelota 1727, la plaza central, inclusive la pirámide de Los Nichos, se encuentra con maleza, afectando el estuco y los relieves.
Opacidad en el manejo de los recursos
Para este año fue autorizado en el presupuesto de egresos de la federación para el Instituto Nacional de Antropología e Historia, un total de tres mil 905.87 millones de pesos; 300 millones de pesos más que en 2014, de los cuales 1.2 millones de pesos son etiquetados para el mantenimiento de El Tajín. A esta cantidad se le suman tres millones de pesos asignados por Gobierno del Estado para la realización de proyectos específicos, recursos provenientes de Cumbre Tajín.
Acusan al administrador Héctor Hugo Hernández Romero de estar desviando recursos, e inclusive señalan que se le están practicando auditorias para conocer el destino de los recursos, en virtud de que no cuentan con los enseres mínimos para trabajo.
“No se ve en que se están ejerciendo esos recursos, se fugan o no llegan; vamos con el administrador y nunca tiene dinero, cuando sabemos que la zona sí genera recursos y debería estar funcionando al cien por ciento”, señala Del Valle Ferral.
De los tres millones que asigna el Gobierno de Veracruz, se destinan recursos para cinco proyectos específicos, entre ellos el de reordenamiento territorial, conservación y mantenimiento.
Denuncian que éstos no han tenido el éxito esperado, a razón de que se dejan los trabajos inconclusos en una parte y se continúa con otra. “Nunca terminan, vemos con tristeza que no se termina un edificio y se siguen con otro, no hay una seriedad”.
Advierten que hace falta desazolvar los drenes y construir más; la fallas han provocado anegamientos en la zona.
Se construyeron gaviones para contener el arroyo y evitar el deterioro de las estructuras, pero este invade el cauce y se teme que la corriente termine socavando los edificios.
Señalan que así como a ellos no se les han pagado las horas extras desde noviembre pasado, a los encargados de los proyectos específicos no se les han cubierto sus honorarios desde hace más de tres meses, así como a las señoras que colaboran en los trabajos se les adeuda desde hace dos meses.
“No se les paga desde hace dos, lo hacen sin prestaciones, violando la ley federal del trabajo. No pueden hablar y si lo hacen los corren, pero nosotros sí podemos exigir a Teresa Franco que les pague, el INAH tiene un presupuesto propio y más en caso de Tajín, que recibe aportaciones de Gobierno del Estado, pero no se ve que se ejerzan”, dijo Gabriel Del Valle Ferral.