Un habitante de la calle Zózimo Pérez, quien no quiso proporcionar su nombre, evocó la mayor inundación que se recuerda en la zona, en el año 1955, cuando se sumó a las cuadrillas que se dedicaron durante días a destapar las zanjas y rociarlas con gasoil para combatir las epidemias ocasionadas por los moscos. Su queja es que esos drenes naturales hace demasiado tiempo que no han sido desazolvados y ya hasta están “enrasados” al parejo con el suelo.
Por tal motivo, dijo, en esa zona cada vez que llueve se inunda la avenida Cuitláhuac y no pueden pasar los vehículos, que tienen que ir a dar la vuelta por su calle, donde los terrenos de muchas casas también se anegan, e igualmente ocurre en el área del parque de La Bandera, como en otros lugares del Puerto. La solicitud ciudadana a autoridades municipales y sanitarias es que, al menos, destapen las zanjas, hoy convertidas en focos de infección.