* Aún con los vaivenes en precios, el cítrico ofrece mayor certidumbre a los productores
Facundo Bartolo Salazar
“Sembrar caña es tres veces más caro que sembrar limón”, aseveró Rosalino González Leal, quien fuera productor de la gramínea afiliado a la Confederación de Productores de Caña en Acción Rural (CPCAR), y que ahora afirma con cierta resignación y alivio que aún con los vaivenes en los precios del limón persa, esa fruta ofrece mayor certidumbre a los hombres del campo, independientemente del anuncio de la reapertura del Ingenio Independencia, misma que él y otros productores de la región se cansaron de esperar durante años.
Mencionó que en estos momentos costaría alrededor de 30 mil pesos sembrar una hectárea de caña, siendo muy alto ese monto para la precaria economía que prevalece entre los productores. Afirmó que, en cambio, con diez mil pesos es posible contar con lo mínimo para plantar limón, un cultivo que da fruto al cabo de tres años. Reiteró que aun cuando fue anunciada la reactivación del Ingenio Independencia, nadie garantiza a los productores que recuperarán su inversión al sembrar caña, misma que en un año y medio está lista para la cosecha.
“Yo ya no tengo caña”, expresó con satisfacción González Leal, recordando que durante años estuvo sosteniendo su cañal, con la esperanza de que en algún momento cambiara el panorama para ese tipo de producción. Sin embargo, señaló que llegó el momento en que su plantío fue siniestrado por el fuego, antes de alcanzar el tiempo de cosecha, generando ese hecho pérdidas que ya no pudo soportar, pese a que aún tenía la opción de enviar su producto al Ingenio La Gloria.
Es por ello que, lamentó, nuevamente lleguen funcionarios de los distintos niveles de gobierno a anunciar la reactivación del Ingenio, motivados por cuestiones electoreras, pero no por un proyecto real de producción, ni de beneficio social, a través de la derrama económica que genera una factoría de esa naturaleza. No descartó la posibilidad de que todas las promesas hechas por enésima vez a los cañeros y obreros serán nuevos engaños que se harán evidentes después de la contienda del 7 de junio del presente año.
Aseveró que una “manada” de funcionarios de dependencias gubernamentales se vino solamente a pasear por las instalaciones del Independencia, las cuales se caen a pedazos, pero desafortunadamente hablaron muy bonito, sin hacer ningún compromiso por escrito entre todos los sectores relacionados con la industria azucarera. Con ello, Rosalino González dijo estar cada vez más convencido de que tomó la mejor decisión, al concentrar su parcela al cultivo del limón persa, actividad cuyos ingresos dependerán del empeño que ponga al cuidado de sus plantas.