Álvaro Guerrero
En Martínez de la Torre es común escuchar sobre ancianos maltratados por sus hijos e incluso nietos, sin embargo estos no realizan la denuncia en contra de sus vástagos, debido a que tienen miedo de que nuevamente sean golpeados y humillados por su herederos, así lo han mencionado algunos personajes que han sido testigos de casos en el municipio.
Por su parte el psicólogo Víctor Rodríguez Espinoza menciona que los padres prefieren ser maltratados y humillados en vez de ver a su hijo detrás de una celda, ese tipo de explicaciones es muy común que se den en por los padres que han sido golpeados en alguna ocasión.
Indicó que las agresiones no solo han sido mediante golpes en el físico del padre, si no también se puede generar a través de la agresión verbal, siendo la más común en los hijos hacia los padres, el psicólogo mencionó que habitualmente ha escuchado como: “ya estás viejo, nos sirves para nada, mejor te llevo al asilo, qué haremos contigo, entre otras más”.
Precisó un caso muy particular donde una mujer de la tercera edad era golpeada por su vástago, donde incluso indica que el agresor realizó diversos actos inadecuados y rompiendo la leyes establecidas.
Habló que la mujer incluso llegó a ser apuñalada por su hijo, sin embargo se negó a denunciarlo aduciendo que éste se encontraba en estado inapropiado y era incapaz de reconocer a su madre, debido que la persona se encontraba en una crisis de esquizofrenia.
Desde la niñez se ve el inicio de las agresiones
Desde la etapa de la niñez se puede generar una agresión hacia los padres, debido a dos factores regularmente observados por la población de los cuales menciona el psicólogo Rodríguez Espinoza:
El primer factor que puede generar que el hijo se vuelva agresor en contra de su procreador, siendo la principal consecuencia que en la niñez haya sido brutalmente golpeado por sus padres, con el crecimiento eso va generando un rencor hasta que el menor tenga cierta edad donde pueda defenderse, al ser mayor de edad y tener demasiado rencor el hijo puede vengarse de sus progenitores, por lo cual se dan el valor de enfrentar a su padre o madre de los golpes que le generaron cuando era pequeño.
El otro factor también lo generan los padres, debido a que ellos no tienen poder para controlar cuando los hijos aun están pequeños, los casos más comunes que indica el psicólogo es que el padre le dé a su hijo todas las cosas que él quiere o de igual forma cuando el pequeño no tiene el valor de hacer las cosas por sí solo.
Es un pecado mayor golpear a algún padre
El párroco Constantino Reyes Rodríguez de la comunidad Villa Independencia habla que en sus pocos años que ha llegado a la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe son pocas las personas de la tercera edad que han recurrido a la parroquia a refugiarse, que hasta al momento tiene alrededor de dos años un registro aproximado de cinco personas que fueron agredidas por sus vástagos, lo cual indica que han sido entre tres mujeres y dos varones.
Indica que solamente una llega a las instancias a denunciar, a pesar que de la intervención del párroco no puede hacer que el hijo dejara de agredir a su padre, lo cual llevó a cabo a la denuncia ante las autoridades donde se solucionó el problema.
Los demás casos se llegaron al diálogo entre el párroco, agresor y agredido donde todas las partes llegaron a un acuerdo verbal y hasta al momento no han vuelto a tener alguna violencia como antes la tenían.
Habla el párroco que sí se puede considerar un pecado enorme golpear a un progenitor, “Hay uno de los mandamientos que hace referencia hacia al respecto, y que textualmente dice honrarás a tu padre y madre, yo creo que si caí en esa categoría de pecado, es un pecado mayor, que son los que nos dan la vida, los que cuidan y atienden cuando uno es infante, que también es un ser que no puede moverse y valerse por sí mismo, yo creo que debemos demostrarles a nuestros padres un poco de gratitud, afecto, cuidado y ahí entra mucho la paciencia”.
Necesario más leyes
Por su parte el abogado Josué Cardeña Cortés menciona que si son hijos mayores de edad tienen un pena condenatoria, de lo cual no mencionó el tiempo que se puede encerrar al agresor en el reclusorio; mientras que si es un menor que agredió a su padre la instancia del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) hace que tenga terapias psicológicas que posiblemente puedan solucionar en algunos casos.
Precisó que las autoridades deben de realizar leyes donde el padre pueda ejercer mayor autoridad, siempre y cuando se respeten los derechos de los menores, lo cual generaría que en futuras generaciones no ocasionen tanta violencia hacia sus progenitores.
Señaló que las personas que son agresoras ante sus progenitores son aquellas que están muy adheridos a la enfermedad del alcohol o las drogas, al tener una ley que ampare que los padres aún siendo adultos pueden ejercer autoridad que sería otra solución.
Los entrevistados precisaron que al encontrarse un adulto mayor con una agresión por parte del hijo que realice una denuncia ante las autoridades, para que le den apoyo psicológico y jurídico, lo cual ayudaría a ambas personas a solucionar un conflicto mayor.
