27 de Octubre de 2024
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Abunda el miedo en la Casa del Migrante

 

Elizabeth Aviña

Coatzacoalcos, Ver.

El olor de humedad combinado con el sudor de días de cansancio, reina en la Casa del Migrante de la Capilla San Judas Tadeo en la colonia Coatzacoalcos, donde actualmente se refugian decenas de indocumentados.

Los viajeros que antes temían por los grupos de delincuencia organizada que los amenazaban a cambio de la “cuota” o que incluso les arrebataban la vida, ahora tienen un nuevo temor: Los agentes del Instituto Mexicano de Migración (INM).

Y es que aunque en todo el país desde hace algunos meses se le impide a todos los ilegales que suban al tren, según el gobierno, para evitar que sean víctimas de la delincuencia; esta medida de a poco ha ido entrando en vigor en Coatzacoalcos, pero cada vez toma más fuerza.

Tan solo el jueves elementos de la Policía Naval en conjunto con el INM, llevaron a cabo un operativo en la ciudad para capturar y trasladar a la estación migratoria de Acayucan, a todos aquellos centroamericanos que rondan sin papeles por este puerto.

Por esta razón, la Casa del Migrante en menos de 24 horas ha recibido a al menos más de 50 ilegales que buscan refugio para evitar ser deportados, a pesar de todo, los refugiados aseguran que continuaran en busca del “Sueño Americano”.

Norbin René, oriundo de Guatemala, dijo no estar bien informado con respecto al operativo, pero señaló que él continuará aunque sea caminando.

“A mí y a otro compañero nos bajaron del tren en Las Choapas, pero no era gente del INM sino los grupos delictivos”, afirmó.

La realidad es que ellos están más preocupados en conseguir zapatos, ropa y más artículos que los protejan en su andar, que el ser capturados por las autoridades.

Orlando de Honduras, aseguró que salió de su país hace tres meses, sin embargo, desde hace diez días, camina en busca de llegar a los Estados Unidos, pues los de migración lo hicieron bajar de “La Bestia” en Palenque, Chiapas.

“Nos vinimos caminando y por la lluvia y la distancia los zapatos se rompieron, ahora estamos descalzos y queremos partir mañana”, puntualizó.

 

El migrante aseguró tener miedo al no saber los caminos por lo que tiene que andar para evitar ser víctima de la delincuencia o los animales, no obstante, dijo no desistirá en poder conseguir un mejor futuro para él y los suyos. 


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