* Taxistas no les brindan el servicio
* Municipio con barreras arquitectónicas
Brenda Pérez Aguilar
Debido a la falta de cultura de algunos taxistas de este municipio, personas con discapacidad tienen que esperar a que alguno les quiera brindar su servicio, pues a pesar de que les pagan, algunos prefieren perder el pasaje, que perder algunos minutos para abrir su cajuela para guardar la silla de ruedas.
Denise Dinorín García, presidenta del Centro de Rehabilitación Infantil y Juvenil (CRIJ), lamentó esta situación, porque desgraciadamente discriminan a las personas con discapacidad.
“Lamentablemente aquí en Martínez de la Torre no hay transporte adecuado para las personas con discapacidad a diferencia de otras ciudades en donde el transporte ya está adaptado para estas personas y puedan subir fácilmente en su silla de ruedas, en sus andaderas o muletas”, dijo.
La también licenciada en terapia física, comentó que muchos pacientes de aquí del CRIJ prefieren dejar su silla de ruedas en su casa, para que los taxistas no les nieguen el servicio y cuando llegan al CRIJ, su acompañante se adelanta por una silla de ruedas y de esta forma poder ayudarlos.
“Desgraciadamente aquí en Martínez de la Torre, hay muchas barreras arquitectónicas que no se ven, por ejemplo el puente Martínez 1 es un claro ejemplo, porque no hay rampas adecuadas para que las personas en silla de ruedas puedan subir”, precisó.
Claramente pueden ver cuando las personas en silla de ruedas tienen que cruzar el puente por el arroyo vehicular, en donde bien pudieran ser víctimas de un lamentable accidente, debido a que no hay un lugar para que estas personas puedan transitar, así como los peatones.
Aquí, nos enfrentamos a tres problemas, el primero es que los taxistas no les quieren brindar el servicio a las personas en silla de ruedas, a que no existe el transporte adecuado para ellas como en otras ciudades y a que lamentablemente existen muchas barreras arquitectónicas como el claro ejemplo del puente Martínez 1.
“Debemos de tener mayor cultura y ayudar a las personas en silla de ruedas, muletas, personas con déficit visual que no puedan cruzar la calle, nosotros como sociedad podemos ayudar a estas personas para que se puedan desplazar más fácilmente”, concluyó Dinorín García.
