Elizabeth Aviña/Coatzacoalcos, Ver.- No permitir el paso a México a ilegales centroamericanos, los orilla a ingresar a las filas del crimen organizado, aseguró el coordinador de la pastoral de migrantes, David Hernández Tobilla.
Incluso por la misma delincuencia, algunos de los voluntarios que apoyaban a la pastoral se han retirado, pues temen ser blancos de ataques.
Tras el anuncio hecho por el Gobierno Federal hace algunas semanas, con respecto a que ningún centroamericano sería aceptado en este país sino contaba con documentación en regla, esto ha provocado que el flujo de migrantes al menos por Coatzacoalcos disminuya.
Lo anterior lo dio a conocer el presbítero que desde hace varios años apoya a estas personas a través de la asociación civil “Caridad sin Fronteras”, fundación que actualmente está construyendo un refugio en la colonia Progreso y Paz.
“La frontera sur del país está cerrada al paso de migrantes, por eso están huyendo al monte pues los del Instituto Nacional de Migración (INM) los está cazando desde el inicio de este mes, por eso el flujo de ilegales por la ciudad ha disminuido considerablemente”, afirmó.
Detalló que por esta medida, la consecuencia lógica es que estas personas se vuelvan más vulnerables y prefieran unirse al crimen organizado, con tal de obtener dinero que puedan enviarle a sus familiares.
LA CASA DEL MIGRANTE CONTINÚA EN PIE.
En otro tenor dijo que aunque el flujo disminuya, la casa del migrante denominada “Oasis”, perteneciente a la fundación que él dirige, esperan poder concluirla este año, sobre todo con el monto que recibieron este viernes a través del programa de redondeo de una tienda comercial del grupo Femsa.
“Participamos en el programa de redondeo y nos dieron cuatrocientos cuarenta y cinco mil 880 pesos que nos serán de mucha ayuda para terminar la casa que iniciamos hace dos años, nos falta terminar el primer piso y si Dios permite comenzaremos con el segundo”, dijo.
Mencionó que en esta casa esperan poder dar alojo a al menos 20 mujeres, 20 menores y 20 personas enfermas.
Por el momento debido a que no se cuenta con un sitio para darles apoyo, la iglesia lo brinda en los bajos del puente de la Avenida I, donde trabajan activamente 16 grupos con 112 personas, número que ha disminuido pues algunos han desertado ante el temor de ser víctimas de la delincuencia.
