CRISTIAN ARCINIEGA/EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO
Los problemas visuales pueden presentarse a cualquier edad, desde bebés hasta la etapa de adultos mayores. Cuando este sentido se ve afectado, puede dificultar la realización de actividades diarias como aprender, caminar, hacer ejercicio o trabajar. Sin embargo, identificar el padecimiento que se tiene puede resultar complicado, ya que muchos no manifiestan síntomas hasta en etapas avanzadas. Especialistas analizan las alteraciones más frecuentes de la vista y dan las claves para detectarlas a tiempo.
EN NIÑOS Y JÓVENES
Los errores refractivos (miopía, astigmatismo e hipermetropía) se incluyen entre los problemas de visión más frecuentes tanto en la infancia como en la juventud. Se consideran, además, una causa potencial de vista borrosa, por lo que deben recibir atención inmediata en cualquier etapa de la vida. Otras condiciones comunes que afectan este sentido durante los primeros años son la ambliopía y el estrabismo.
AMBLIOPÍA
Conocido también como ojo vago o perezoso, es un problema de visión deficiente que comienza en la niñez. Se manifiesta en un solo ojo y se produce cuando hay una falla en el funcionamiento conjunto del cerebro y este órgano. Según el Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos, esta afección se considera la causa más común de pérdida de visión en este grupo de edad (hasta tres de cada 100 pequeños la padecen).
Sus síntomas pueden ser difíciles de notar. Entre ellos están una mala percepción de la profundidad (los niños no saben qué está cerca y qué se encuentra lejos), un ojo que se mueve hacia adentro o afuera, entrecerrar los ojos para poder enfocar las cosas, así como inclinar la cabeza para poder ver con claridad.
El tratamiento para este problema debe comenzarse tan pronto como sea posible, de preferencia antes de los siete años ya que es cuando se obtienen mejores resultados. Éste puede contemplar el uso de gafas correctoras, parches oculares, gotas especiales para los ojos o cirugía en el último de los casos.
ESTRABISMO
Se trata de una afección ocular frecuente entre los niños que se produce cuando los ojos no están alineados de manera correcta y apuntan en diferentes direcciones (uno puede mirar hacia enfrente y el otro, hacia arriba o la nariz). De acuerdo con el Instituto Catalán de la Retina, esta alteración puede aparecer desde los seis meses de edad.
"El ojo desviado tiende a presentar mala visión debido a que no cuenta con la graduación correcta. De no corregirse, el paciente siempre va a tener dificultad para ver con claridad. Es importante revertir el problema dentro de los primeros ocho años para evitar una alteración para toda la vida", indica Eduardo Zaragoza López, médico adscrito al servicio de Estrabismo y Oftalmopediatría de APEC, Hospital de la Ceguera.
Cuando el estrabismo aparece después de la infancia, generalmente se relaciona con cambios en la graduación, alguna enfermedad como catarata o con una alteración más severa, ya sea por algún accidente o golpe fuerte en el ojo.
MIOPÍA
Es una alteración común en la que los objetos cercanos se ven claros, pero los lejanos se perciben borrosos. La miopía se presenta cuando el globo ocular crece muy largo o cuando hay problemas con la forma de la córnea, por lo que los rayos de luz se enfocan enfrente de la retina y no directamente sobre ésta. Otros síntomas son la necesidad de entrecerrar los ojos para ver con claridad, dolores de cabeza y fatiga ocular.
Los más pequeños suelen acercarse mucho al televisor, parpadear con frecuencia o tallarse los ojos constantemente; mientras que los niños en edad escolar pueden tener dificultad para ver cosas escritas en el pizarrón. "Entre los factores de riesgo que favorecen la progresión de la miopía están trabajar con malas condiciones de iluminación, exponerse poco tiempo a la luz del exterior, así como ver pantallas muy de cerca: a una distancia menor de 20 centímetros", advierte Zaragoza López. Unas lentes prescritas o una cirugía refractaria ayudan a corregir este problema.
ASTIGMATISMO
Esta condición distorsiona o vuelve borrosa la visión de los objetos tanto de cerca como de lejos. Según la Academia Estadounidense de Oftalmología, se debe a que la córnea o el cristalino tienen una forma diferente a la normal. Si bien se desconoce la razón de esta variación, se sabe que el riesgo se hereda de padres a hijos.
Si bien algunas personas nacen con esta alteración, otras la desarrollan durante la infancia o cuando son adultos jóvenes. Algunos de sus síntomas comunes son tener que entrecerrar los ojos para mirar bien, dificultad para ver de noche y, a veces, dolores de cabeza. En los niños puede afectar el rendimiento en la escuela y producir ojo vago. Los expertos diagnostican este problema a través de un examen ocular completo, con pruebas como la tabla optométrica o la dilatación de las pupilas. Al igual que la miopía, se corrige con anteojos de prescripción o con una cirugía.
ENEMIGOS DE LOS OJOS
Otro error refractivo que se presenta con frecuencia entre niños y jóvenes es la hipermetropía. "Durante la infancia, se tiene un ojo pequeño con la capacidad para ver mejor de lejos que de cerca. A esto se le conoce como hipermetropía. Con el tiempo, este órgano va a crecer y la graduación va a disminuir al punto en que llegue a cero o sea ligeramente negativa", señala Eduardo Zaragoza López, médico adscrito al servicio de Estrabismo y Oftalmopediatría de APEC, Hospital de la Ceguera.
Quienes sufren este problema manifiestan dificultad para ver de cerca y realizar tareas cotidianas como leer un libro, además de señales como entrecerrar los ojos para ver bien, cansancio ocular y dolores de cabeza. La Academia Estadounidense de Oftalmología señala que la mayoría de los niños no presentan síntomas debido a la flexibilidad del cristalino en sus ojos, lo que facilita la adaptación. De no tratarse de manera oportuna, la hipermetropía puede conducir a otros problemas como ojos cruzados, dificultad para disfrutar las actividades diarias o incluso a una seguridad personal amenazada, al elevar el riesgo cuando se conduce un automóvil, por mencionar un ejemplo.
EN ADULTOS Y ADULTOS MAYORES
El envejecimiento es un proceso natural al que todos estamos expuestos, el cual genera un deterioro paulatino de las funciones del cuerpo, entre ellas, la visión. Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), hacia los 60 años de edad los tejidos alrededor de los ojos pierden movilidad, los músculos oculares reducen su funcionalidad y los ojos se hunden levemente en sus órbitas. En la edad adulta, además, surgen diferentes padecimientos que ponen en riesgo la capacidad visual.
OJO SECO
Después de los 40 años, la producción de lágrimas tiende a disminuir, lo que produce sobre todo visión borrosa, sensación de aspereza (como si se tuviera algo en el ojo), enrojecimiento o sensibilidad a la luz. De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas (AARP, por sus siglas en inglés), una de cada ocho personas mayores de 65 años padecen este síndrome.
"Esta afección se considera la primera causa de consulta oftalmológica. A partir de los 50 años se presenta el ojo seco asociado a problemas hormonales, principalmente en las mujeres", apunta Itzel Pérez Gudiño, médica adscrita del Segmento Anterior de APEC, Hospital de la Ceguera. También puede aparecer debido al uso de lentes de contacto o a pasar mucho tiempo viendo pantallas, como el celular o la computadora.
Mediante un examen ocular completo con dilatación de pupilas, el médico puede diagnosticar fácilmente este problema. El tratamiento contempla desde gotas para los ojos de venta libre hasta cirugía para reparar los párpados.
PRESBICIA
Es un error de refracción que le impide sobre todo a los adultos mayores ver objetos de cerca. Ocurre, según los especialistas del Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos, cuando el cristalino deja de enfocar la luz correctamente en la retina. "En promedio, alrededor de los 45 años de vida se empiezan a tener cambios en el ojo relacionados con la edad, tales como la vista cansada", menciona la doctora Itzel Pérez Gudiño.
Quienes la padecen pueden tener dificultad para realizar tareas sencillas como insertar el hilo en una aguja o leer con facilidad (por lo general tienen que alejar los materiales para percibir bien las letras). Algunas personas también suelen manifestar cansancio ocular o dolores de cabeza luego de realizar trabajos minuciosos.
El tratamiento para la presbicia depende de la etapa en la que esta se encuentre. Las lentes correctivas son una forma sencilla de atender el problema, ya sean de venta libre o de tipo bifocal o multifocal. Se suele recurrir a la cirugía refractiva en casos avanzados.
CATARATA
"Su principal causa es la edad. El simple paso del tiempo provoca una degeneración en el cristalino, o sea, el lente fisiológico del ojo. Este problema genera síntomas como una disminución de la agudeza visual, principalmente en distancias mayores a seis metros, además de una falta de nitidez en los detalles: a los pacientes les cuesta trabajo enfocar los objetos o no ven los colores como siempre.
"La catarata relacionada con la edad es un padecimiento que todos vamos a presentar en algún momento de la vida, tal como la aparición de canas o arrugas. Se trata de un proceso de envejecimiento normal del ojo", dice la especialista Itzel Pérez Gudiño, quien apunta que puede haber otras causas secundarias, como ser diabético, haber sufrido algún trauma en el ojo o ingerir algún medicamento como esteroides.
Entre las medidas para prevenir la aparición se cataratas se incluyen proteger los ojos tanto del sol como de lesiones, además de dejar de fumar. Cuando el problema impide realizar actividades cotidianas, se debe considerar la cirugía de catarata.
DEGENERACIÓN MACULAR
Esta alteración se asocia directamente con la edad. "Se trata de una enfermedad ocular que afecta la retina, la cual contiene millones de células sensibles a la luz, llamadas bastones y conos, además de células nerviosas que reciben y organizan la información visual. Si ésta se daña, provoca que la visión central se vuelva borrosa", menciona Carla Pérez Montaño, médica oftalmóloga con alta especialidad en retina y vítreo.
Además de la edad (es frecuente en personas mayores de 60 años), existen otros factores de riesgo como la genética, la hipertensión, el tabaquismo, llevar una dieta no balanceada y no proteger adecuadamente los ojos de la exposición solar.
"Si bien no tiene cura, puede controlarse si los pacientes acuden a revisiones periódicas, ya que la cantidad de visión puede ir disminuyendo con el paso del tiempo. Para esta enfermedad están indicados los suplementos antioxidantes vía oral, así como las inyecciones de un medicamento llamado antiangiogénico para disminuir las posibles secuelas debido a una hemorragia o líquido en la mácula", apunta Itzel Pérez Gudiño.
RETINOPATÍA DIABÉTICA
Se trata de una alteración frecuente en las pequeñas arterias y venas de la retina, causada por los niveles elevados y sostenidos de glucosa en la sangre. "Se considera la principal causa de ceguera en México entre la población productiva. Es posible tener diabetes y no sufrir problemas de la visión; sin embargo, no presentar síntomas puede provocar que los pacientes lleguen al oftalmólogo cuando la enfermedad ya se encuentra avanzada", señala la especialista en retina y vítreo Carla Pérez Montaño. A medida que empeora el problema, puede haber señales como una visión que cambia de borrosa a clara, ver áreas negras o en blanco, tener una vista nocturna deficiente, notar los colores apagados o presentar un mayor número de moscas volantes.
"Lo que podemos prevenir con nuestros hábitos es controlar los niveles de azúcar en la sangre, ya que se consideran un factor de riesgo significativo para afectar la visión", advierte la especialista Itzel Pérez Gudiño. El tratamiento está orientado a disminuir o detener su avance.