Clasificó por primera vez a la final.
Excélsior
Australia
Aryna Sabalenka, número cinco del mundo, se clasificó por primera vez para una final de Grand Slam tras derrotar a la polaca Magda Linette por 7-6 (7/1), 6-2 en el Abierto de Australia.
Invicta en 2023 y sin haber cedido ni un solo set, Sabalenka cumplió los pronósticos ante una de las sorpresas del torneo y se enfrentará el sábado a la kazaja Elena Rybakina en la final.
Con sus secos golpeos desde el fondo de la pista, la bielorrusa no consiguió hasta el desempate del primer set socavar la resistencia de la polaca, que había ido eliminando favoritas hasta plantarse en sus primeras semifinales tras 30 participaciones de Grand Slam.
"Estoy muy contenta de haber conseguido esta victoria (...) No he empezado muy bien, pero en el tie-break he empezado a encontrar mi ritmo, a confiar en mí misma y a ir a por los disparos", dijo la bielorrusa de 24 años, que había perdido sus tres semifinales anteriores de Grand Slam.
De buen comienzo, Linette no se amedrantó ni ante el escenario ni ante la imponente rival y, con un juego en blanco, rompió el resto a Sabalenka, que le devolvió el quiebre poco después para igualar a 2-2.
Con agilidad de piernas y fiabilidad en sus tiros -solo cometió seis errores forzados en el primer set-, la polaca resistía las acometidas de la musculada bielorrusa y, en no pocas ocasiones, encontraba ángulos ganadores o forzaba los fallos de la rival.
Sin nuevos puntos de quiebre, el parcial llegó al tie-break.
Decidida a mantener a cero el marcador de sets en contra en 2023, Sabalenka sacó la artillería pesada y con secos disparos desde el fondo de la pista e incluso un 'ace' en el segundo servicio pulverizó a la polaca con un 7-1 en el desempate.
A partir de entonces, el dispositivo defensivo de Linette se desmoronó y en el tercer juego cedió su servicio a la primera oportunidad de break por culpa de un revés que le salió desviado.
Casi infalible en el primer set, Linette empezó a acumular errores, mientras Sabalenka seguía sumando golpes ganadores -33 contra solo 9 de su rival- y ponía pie y medio en la final con un nuevo quiebre.
La polaca todavía salvó tres bolas de partido con su saque antes de que la bielorrusa sellara el duelo con otra derecha inapelable.