Carlos Navarrete/Veracruz, Ver.- Durante casi dos horas, las calles y oficinas de la conurbada Veracruz-Boca del Río se paralizaron, pues no hubo mejor ocasión para hacer a un lado las obligaciones diarias que el partido de futbol entre México y Brasil correspondiente al Mundial 2014.
El horario de comida fue motivo suficiente para que cientos de personas aprovecharan a presenciar en televisión o pantalla, el encuentro deportivo que terminó en empate.
Al puro estilo jarocho, los comensales pasaron de ser simples trabajadores, a ser directores técnicos de la selección mexicana que disputaba el segundo encuentro correspondiente a la fase de grupos en el país amazónico.
Los gestos, mentadas de madre e indicaciones técnicas de cada uno, eran similares a las que Miguel "el piojo" Herrera realizaba a sus once jugadores, a miles de kilómetros de Veracruz.
En punto de las 14:00 horas, decenas de personas, en su mayoría hombres, visitaron los restaurantes, bares y cantinas con el único objetivo de apoyar al "tri".
"Dos tarros de michelada al precio de uno", o "en la compra de un kilogramo de ceviche, cinco cuartitos de cerveza gratis", fueron sólo algunas de las promociones disponibles en comercios dedicados a la venta de comida hecha a base de pescados y mariscos.
Los más afortunados fueron aquellos que tuvieron tiempo de llegar a casa después del trabajo, comer con la familia y observar el partido.
Tres o cuatro cervezas "de a media", fueron suficientes para convivir en compañía de los compañeros de trabajo.
Y es que fueron las atajadas del portero mexicano Guillermo Ochoa, las que emocionaron al público veracruzano que botaneó mientras los 90 minutos del juego transcurrían.
Alrededor de las 16:00 horas, cuando el partido había concluido, la mayoría tuvo que retirarse de los comercios y regresar a sus actividades cotidianas, llevándose un grato sabor de boca, pues con el empate ante la “verdeamarela” México consiguió cuatro puntos importantes en el Mundial de Brasil 2014.