Carlos Navarrete/Veracruz, Ver.- Mientras el alcalde de Boca del Río Miguel Ángel Yunes Márquez, entregaba despensas a los vecinos de la colonia Carranza, la señora Esperanza Mina de la O, vecina de la Ampliación Miguel Alemán, caminaba a paso veloz en búsqueda de algún doctor que atendiera la varicela de su pequeño nieto, pues en el lugar donde vive, las atenciones médicas por parte del ayuntamiento no llegan.
Con cincuenta pesos en la bolsa, una sombrilla y una gorra vieja, salió presurosa de su domicilio para encontrar a algún médico que quisiera atender la enfermedad que su nieto de dos años de edad, adquirió desde el pasado lunes por la noche.
Mientras la abuela camina a paso veloz sobre las empedradas calles de la colonia irregular localizada a un costado del Canal de la Zamorana, el infante repleto de granos en el cuerpo permanece resguardado dentro de una carriola.
A decir de ella, el ayuntamiento boqueño no se ha tomado la molestia de pararse en el predio donde ella y otras familias humildes habitan desde hace más de diez años.
La zona donde habita ella, su hija y sus dos nietos se encuentra rodeada del canal de aguas negras que abarca varias colonias de Boca del Río.
La Ampliación Miguel Alemán es una colonia irregular que carece de servicios básicos como agua, drenaje y energía eléctrica.
La señora asegura que su hija es una madre soltera que no cuenta con los recursos suficientes para atender el padecimiento del niño.
La varicela que adquirió hace poco mantiene a la familia sumamente preocupada, “pues la verdad como vivimos lejos pues no hay como salir, no tenemos coche y pues tenemos que caminar (…) la mamá del niño pues trabaja, yo soy ama de casa, pero no alcanza el dinero”, manifestó.
“Ahorita solo llevo cincuenta pesos, pero no sé cuánto cuesten las medicinas, 300 o 400 pesos, no sé”, dijo Esperanza Mina mientras apretaba el paso para llegar al consultorio más cercano.
Y es que, mientras en el Parque Bomberos, el alcalde Miguel Ángel Yunes Márquez entregaba mil 800 despensas, compuestas por frijol, arroz y azúcar, la señora imploraba a Dios para que sanara la enfermedad de su nieto.
Fue en la colonia Carranza donde el munícipe celebró el programa de ayuda social “NutriBoca”, mientras vecinos de la Ampliación Miguel Alemán como Esperanza, requerían de otro tipo de ayuda.
A pesar de ser una de las beneficiarias con la credencial “Boca Sonríe”, la mujer reconoció que el plástico no es de gran ayuda.
A decir de ella, las clínicas populares del ayuntamiento solo otorgan ciertos medicamentos a la población, “pero las medicinas caras no; esas las tenemos que comprar con nuestro dinero”, manifestó.
