Carlos Navarrete/Veracruz.- El paro de labores en el Colegio de Bachilleres de Veracruz, ha ocasionado que cerca de 50 trabajadores encargados de la remodelación del edificio no puedan laborar desde la semana pasada.
La suspensión de clases en el instituto educativo, a causa de la manifestación que mantienen los maestros agremiados a diferentes sindicatos, ha detenido los trabajos de remodelación que iniciaron hace casi cuatro meses.
Y es que con motivo del centenario de la defensa del Puerto de Veracruz, gestada el 21 de abril de 1914, el complejo ubicado sobre la calle Esteban Morales se encuentra en proceso de rehabilitación de fachada y parte del interior.
Sin embargo, a decir de José Flores, encargado de la restauración de mueblería, desde el pasado lunes 6 de mayo, solo han podido laborar un día, pues los manifestantes les impiden el acceso al edificio.
Aseguró que las autoridades de la institución educativa no les han pagado el sueldo correspondiente a la semana pasada.
"Nosotros queremos acabar pronto pero no se puede, no nos dejan; venimos a chambear pero nos tenemos que regresar; nada más estamos gastando en pasajes y ni nos han pagado", manifestó.
Además, dejó en claro que la obra para la cual fueron contratados casi 50 hombres, está a punto de concluir.
Y es que desde hace varios días, se mantiene un paro de labores en el Colegio de Bachilleres de Veracruz; la semana pasada fueron maestros del turno vespertino, pertenecientes dos sindicatos diferentes, los que se manifestaron en la entrada principal del edificio.
Sin embrago, el día de ayer por la mañana, fueron cerca de 30 docentes del turno matutino, agremiados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de la sección 56 (SNTE), los que bloquearon el acceso principal.
Los profesores del turno matutino se mostraron en contra de la destitución de la actual directora del plantel, Patricia Margarita Villar Sánchez, cuya propuesta ha sido impulsada por diversos maestros de ambos turnos.
La suspensión de clases afectó a cientos de alumnos y obligó a que los trabajos de remodelación del edificio se suspendieran.
Debido a ello, los obreros tuvieron que regresar a sus hogares, con su herramienta de trabajo en un costado y una bolsa con comida en la otra, esperando que la situación se solucione para poder recibir el ingreso que les hace falta.