20 de Septiembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Hernán Cortés, el conquistador de La Laguna El Campanario

 

El hombre con experiencia en la pesca, se dedica a la recolección de pequeñas mojarras blancas que se alimentan de los desechos que flotan en la laguna.

Desde hace cuatro semanas, viaja 15 kilómetros desde su hogar ubicado en Tejería, hasta El Campanario, donde brinca el cerco de alambre de púas que separa el terreno de la laguna del fraccionamiento.

De manera sigilosa, Hernán ingresa al agua caminando a paso lento para evitar pisar alguno de los pedazos de madera o restos de platico que se encuentran estancados en el fondo.

Él comenta que por azares del destino, un día notó que en el depósito natural de agua, varios pescadores se abastecían de peces; aquel acontecimiento lo impulsó a realizar la misma actividad.

Fue en ese momento cuando decidió que de ahí obtendría una fuente de alimento gratuito para llevar a casa y compartirlo con sus padres.

Cuando la suerte está de su lado, él logra recolectar hasta 25 kilogramos del producto en una jornada de 3 a 4 horas diarias.

La contaminación afecta su actividad

La temporada de sequía ha generado que el nivel del manto acuífero disminuya considerablemente, saliendo a relucir el lodo podrido de color negro y maloliente que se sitúa en el fondo del estanque natural.

Además, las aguas residuales que se desprenden del fraccionamiento el campanario y el obsoleto sistema de drenaje, han generado un serio problema de contaminación.

“Pues me siento un poco triste porque se está secando la laguna; a veces en temporada de lluvias logra recuperar un poco pero en días como este, baja mucho el nivel del agua (…) se va secando y los peces se van muriendo”, señala

A pesar del problema por el cual atraviesa la Laguna El Campanario, Hernán Cortés se siente decidido a continuar pescando tal y como lo ha hecho durante las últimas cuatro semanas, pues la necesidad y la falta de trabajo en la albañilería, tienen mayor importancia que los altos niveles de contaminación.

 

Al concluir la jornada, regresará a su hogar ubicado a quince kilómetros de la laguna, para compartir con sus padres el producto recolectado.


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