Necesidad la orilla a pepenar
Hurga mujer mercancía desechada por tiendas de autoservicio.
José Juan García/AVC
Veracruz
Dulce María es una persona mayor que diario acude al área de carga y descarga de una tienda de autoservicio ubicada en la zona de mercados de la ciudad de Veracruz para escoger entre la mercancía que se desecha algunos productos que le ayuden a su sostenimiento durante la emergencia sanitaria e incluso que le sirvan para alimentar a unos animales.
La mujer, que rebasa los cincuenta años de edad, viaja diariamente de la población de Manlio Fabio Altamirano, mejor conocida como Purga, a esta ciudad para hurgar entre la mercancía que deja de comercializar la tienda de autoservicio.
Sin embargo, la entrevistada precisa que no toda la mercancía de la que se deshace la tienda de autoservicio sirve para consumo humano, si acaso estimó que el 10 por ciento todavía sirve para llevar a la mesa, pues algunos productos se depositan en el área de carga y descarga cuando ya caducaron, como un yogurt que le pidió un indigente, a quien le deseó que no le provocara un daño intestinal.
“Ya está caducado, ya qué nos lo vamos a comer, como le digo a él, no se vaya a enfermar, a fuerza quiere yogurt.”
No obstante, Dulce María muestra un paquete de pan tostado que aseguró que todavía está comestible porque no se le observa moho por ninguna parte.
El paquete de pan tostado lo coloca junto a una coliflor que también apartó de la mercancía que destinará para alimentar a unos cerdos que tiene en crecimiento en Purga.
Esta ocasión se encontró con tres bolsas grandes llenas con bolillos que desechó la tienda de autoservicio, cuyo destino decidirá cuando llegue al rancho.
“Esto lo llevo hasta el rancho, hasta Purga; hay veces que tiran algo bueno, pero por lo regular todo lo destruyen; yo le levanto del poquito cartón y botellas que junto, eso me ayuda a mí para mi pasaje, pero en realidad no es gran cosa”, finalizó.
