Contra el flagelo del coronavirus.
José Juan García/AVC
Veracruz
El obispo Carlos Briseño Arch pidió la protección divina contra el flagelo del virus que provoca el COVID-19 al finalizar la misa del primer domingo de Pascua, la cual celebró en privado y que se transmitió a través del Facebook.
El jerarca católico celebró la misa dominical desde el Obispado de la Diócesis de Veracruz a las 13:00 horas.
Al inicio de la misa, el prelado ofreció la eucaristía por el eterno descanso de la religiosa Lourdes, quien formaba parte de la Orden de las Hermanas Clarisas Capuchinas, pero que falleció en el transcurso del sábado.
Durante la homilía, Carlos Briseño Arch recomendó a los fieles que se corrijan aquellos aspectos que no coinciden con el espíritu de quien ha sido liberado por la resurrección de Jesucristo.
Briseño Arch dijo que no pueden llamarse “cristianos” quienes no mueren cada domingo para renacer al futuro que se debe construir.
“Cristo no vive en una comunidad que se rige solo por la ley sin espíritu”, subrayó el obispo, quien indicó que los cristianos están llamados a proteger a los más débiles de la sociedad.
Antes de dar la bendición al final de la celebración, el jerarca católico elevó una oración para pedir la protección contra el coronavirus, así como para pedir por la sanación de los enfermos y la protección de los sanos.
“Señor Jesús, salvador del mundo, esperanza que nunca decepciona, ten piedad de nosotros, libéranos de todo mal. Te pedimos que nos protejas del flagelo del virus que se está difundiendo. Sana a los enfermos, protege a los sanos.”
Además, el religioso pidió la ayuda divina para quienes trabajan por la salud de las personas en esta pandemia.
Carlos Briseño elevó la oración por intercesión de la virgen de Guadalupe y de san Sebastián, el patrono de la ciudad de Veracruz y protector contra las pandemias.
“Ayuda a quienes trabajan por el bien de la salud de todos, muéstranos tu rostro lleno de misericordia y sálvanos por tu gran bondad. Te lo pedimos por nuestra señora de Guadalupe, quien nos acompaña siempre, y por la intercesión de san Sebastián, nuestro patrono en tiempos de epidemias.”
