Una bailarina vestida de jarocha, llamó la atención de la señora Karime Macías, mientras su esposo, el gobernador, platicaba con singular ánimo, de pronto intercambió algunas palabras con Ramón Poo, alcalde de Veracruz, y con Alberto Silva, su secretario de comunicación social.
A los pocos minutos llegaron a la mesa, canillas, cafés lecheros, jugos de naranja, y nadie mostró intenciones de poner pausa a los asuntos sobre la mesa.
Aunque durante la conferencia matutina, el mandatario estatal dedicó parte importante del discurso al asunto de la seguridad; Arturo Bermúdez, Secretario de Seguridad Pública guardó un bajo perfil, sentado de espaldas a la prensa, desayunó con recato, ahí se escuchó más el tintineo de la cuchara contra el vaso de cristal, que la voz de Bermúdez.
Sonaban el arpa y las jaranas, canciones típicas pusieron a bailar al gobernador en más de una ocasión, quien con muy buen humor, continúo desayunando y atendiendo algunos asuntos de trabajo.
Alberto Silva Ramos, secretario de comunicación social ni se sentó a desayunar, anduvo más pendiente de la prensa, aunque tampoco quiso hablar, le organizó un festejo improvisado a un par de reporteros, con todo y pastel, hasta el gobernador se levantó de la silla para brindarle un sentido abrazo a los cumpleañeros del día.
Transcurrida una hora desde que se acomodaron en el café para disfrutar, todos los integrantes del gabinete que acompañaron a Duarte y a su esposa, el alcalde jarocho, Ramón Poo, salieron sin dar tregua, a los reporteros que los esperaban para entrevistarles, generando un zafarrancho, algunos empujones y una excesiva acumulación de personas saliendo del lugar al mismo tiempo.
