Andrés Salomón Pérez
Boca del Río
Durante la época de violencia que vivió Veracruz, la producción de piña, la agricultura, así como la ganadería se vieron afectadas, por lo que en el municipio de Ciudad Isla se frenó 50 por ciento el proceso productivo, ello atribuido a prácticas de coyotaje, así como a la persistencia de delitos graves como el secuestro y la extorsión, afirmó el diputado local Juan Cruz Elvira.
“Podemos decir que en el último año, al menos la mitad de las inversiones privadas planeadas en el sector agrícola se perdieron, por la inseguridad en la región del Sotavento”.
El diputado local detalló que se tiene conocimiento de proyectos de empacadoras, las cuales serían financiadas con capital extranjero, pero no se pudieron concretar por el temor de los inversionistas.
“Es que algunas personas dedicadas al campo han sufrido los embates de la delincuencia, pues aunque aparentemente están vendiendo sus productos, al momento de intentar cobrarlos son amenazados y el pago nunca llega”.
Cruz Elvira reconoció que además han sufrido de algunas otras modalidades de la delincuencia, como el cobro de piso, extorsiones, entre otros aspectos.
"Llega un productor y a lo mejor le pagan el primer full de su mercancía; se llevan 10, 15, 20 más [toneladas] y cuando quieren cobrar la venta, le dicen ‘no espérate’, y comienzan las llamadas: ‘si me sigues cobrando o me sigues molestando ya sabes a lo que atienes’; es como todo, todas las situaciones que pasan en el escenario de la delincuencia organizada".
Asimismo, comentó que la actividad denominada coyotaje ha ocasionado pérdidas de hasta 40 millones de pesos para productores que son engañados al intentar comercializar sus productos.
“Desafortunadamente esa actividad ilícita ha ocasionado dificultades, incluso agresiones hacia productores veracruzanos en otras partes del país, al intentar cobrar el dinero que les corresponde por el producto que entregaron”.
Finalmente, manifestó que la falta de financiamiento para la producción de piña ha sido una de las razones por las cuales se ha disminuido su obtención y con ello la generación de empleos.
"Estamos hablando de cinco mil productores afectados, quienes se han visto en esa disminución; la piña se volvió un cultivo con una inversión de mucho impacto".
