El Teatro de La Reforma fue el escenario para que 23 músicos de Latinoamérica y un invitado europeo, ejecutaran el ensamble Sonajas Sonado Son; un recorrido por los sonidos de Iberoamérica fue el último acto cultural de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en el puerto de Veracruz.
Sonidos de la amazonia, de las pampas y sabanas, rasgos culturales de la sangre amerindia, europea y africana que corren en las venas de América. Los tambores centroamericanos, las jaranas veracruzanas, el arpa sudamericana y las percusiones del Caribe sonaron al unísono al ritmo del Buscapiés, ejecutado por el grupo de son jarocho El Sonoro Sueño, de Zenén Zeferino.
Leopoldo Nova Matallana, compositor e intérprete colombiano-mexicano, egresado del Conservatorio Nacional y la Universidad Pedagógica de Colombia, con estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el parisino IRCAM (Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique ) y el madrileño LIEM, es el promotor y gestor de este encuentro.
La velada, en la noche lluviosa de Veracruz, inició con las percusiones de la marimba de arco nicaragüense, ejecutada por Yader Antonio Solís, centroamericano que referenció el hermanamiento cultural de toda Latinoamérica a través de la música y sus orígenes comunes.
La música llanera de Venezuela, Paraguay y Argentina se dio cita con el bandoneón, la bandola y las arpas interpretando joropos, tangos, mejoranas y décimas, cuyos versos resultan parientes cercanos del son jarocho y el huapango veracruzano.
Las voces e historias de nuestros pueblos son parecidas y hasta en la desgracia hablan de injusticia y violencia, hoy presente en esa lucha por recuperar la hermandad hispanoamericana, sembrada por Martí, Bolívar, los próceres latinoamericanos, que hoy retoman sus jóvenes en una hermandad musical.
Tal es el caso de Leopoldo Novoa, quien ha realizado investigación sobre música tradicional en Colombia, México y el Caribe, y presentado en salas de América, Asia, África y Europa.
Asimismo, de México participaron Gonzalo Camacho, de la huasteca potosina, quien ejecutó sones propiciatorio de fertilidad con el rabelito, instrumento ritual utilizado en esta región cultural.
