EL UNIVERSAL
CHICAGO
El inicio de la era Trump ha convertido a sacerdotes y maestros en activistas protectores de los migrantes.
El anuncio del gobierno federal de que ni escuelas ni iglesias ni hospitales serán seguros y se podrá detener a migrantes ahí confirmó los peores temores de los ciudadanos en ciudades como Chicago, denominadas santuario por su defensa de los inmigrantes. El cambio de política -hasta ahora estos recintos eran respetados y las autoridades migratorias no podían ingresar a hacer detenciones ahí- no los tomó por sorpresa. Donald Trump lleva años amenazando y tomando a los migrantes indocumentados como su blanco predilecto.
Carlos Dam, sacerdote dominico, señala que es parte del Proyecto Resurrección, una agrupación que se dedica a apoyar a la comunidad migrante. En estos días, su trabajo se ha multiplicado. "Las personas que están preocupadas y con miedo deben buscar apoyo con organizaciones que están trabajando para proteger a los migrantes. Somos bastantes. Yo trabajo con el Proyecto Resurrección y tenemos abogados, tenemos muchos recursos. Podemos ir a dar orientación a migrantes sobre cuáles son sus derechos", explicó a EL UNIVERSAL.
El religioso es consciente de que poco puede hacer si los agentes migratorios entran a una iglesia a detener personas. "Lamentablemente no los podemos parar. Las iglesias pueden decir que no pueden entrar", dice, pero al ser un lugar público, no les pueden impedir realmente el ingreso. El activismo para informar se ha convertido así en la mejor arma de los "héroes sin capa", como Dam, o como Erin, una profesora y delegada del Sindicato de Profesores de Chicago. En declaraciones a ABC Chicago, Erin dice que "es bastante repugnante y vergonzoso que [Trump] haya decidido apuntar a los niños, o a las personas que buscan refugio en las iglesias. Y creo que muchos educadores piensan lo mismo, por lo que han decidido crear o unirse a equipos santuario en sus escuelas".
Estos equipos, cuenta, se entrenan en derechos para "poder defender a los estudiantes". El sistema de Escuelas Públicas de Chicago sostiene que no compartirá información de los alumnos con "la migra" y defiende mantener las escuelas como "espacios seguros". Son los ángeles de los migrantes, en franco desafío a Trump.
