EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO
Pese a una mayor oferta de servicios de pago digitales, México avanza a pasos muy lentos en la disminución del uso de efectivo.
De acuerdo con datos del Banco de México (Banxico), al cierre del año pasado, 80% de la población realizó operaciones con dinero físico, una baja de dos puntos porcentuales respecto al año previo.
Los datos del banco central muestran que previo a la pandemia de Covid-19, el uso de efectivo entre la población alcanzaba 87%, por lo que con lo que la llegada de nuevos medios de pago y más jugadores al sistema bancario se convence a la población de utilizar tarjetas, transferencias y dispositivos móviles, entre otras herramientas.
El reporte Resultados de estudios cuantitativos y cualitativos sobre efectivo 2023, basado en encuestas elaboradas por una empresa externa contratada por Banxico, también mostró que entre las principales razones expresadas por la población para preferir el uso de efectivo destacan que es más práctico, fácil y rápido, que sólo se tenía esa forma de pago, que no gustan de usar tarjetas y que es más seguro.
Persiste desconfianza
De acuerdo con especialistas, a pesar de los avances que ha tenido el país en privilegiar otros métodos de pago distintos al efectivo, el camino hacia una adopción mayor de medios digitales aún enfrenta varios desafíos, principalmente en confianza en la tecnología.
"La confianza es crucial para que los consumidores se sientan cómodos al usar métodos digitales para gestionar su dinero. Los consumidores mexicanos tienen una fuerte conexión cultural con el efectivo, lo que representa una barrera adicional", dijo la directora de desarrollo de negocio de la firma especializada FreedomPay, Alicia Rendón.
De acuerdo con la especialista, además de la confianza, la educación financiera es otro pilar esencial para que los pagos digitales sean una opción viable en la economía mexicana, ya que muchos usuarios desconocen cómo funcionan los nuevos métodos de pago digitales, así como sus beneficios.
Según Rendón, los pagos digitales son una oportunidad para mejorar la inclusión financiera, en un contexto donde la bancarización tradicional ha sido limitada, con lo que se puede abrir la puerta a servicios a millones de personas, brindando acceso a microcréditos, seguros y otros productos.
En abril pasado, el economista senior para México de BBVA, Guillermo Jr. Cárdenas, resaltó que con los avances tecnológicos hay instrumentos de pago cada vez más eficientes que compiten contra el uso de efectivo, como las transferencias electrónicas, las tarjetas y monederos, entre otros.
Dijo que, en el caso de México, hay evidencia de un incremento en la adopción de tecnologías por parte de los consumidores, así como de empresas públicas y privadas que promueven la reducción del uso de billetes y monedas.
Además, explicó que a pesar de los diversos desafíos, es importante destacar que las medidas implementadas durante la pandemia impulsaron esta tendencia.
Ante la urgencia de acelerar una disminución en el uso de monedas y billetes físicos para combatir la informalidad y avanzar en inclusión financiera, el director general de BBVA México, Eduardo Osuna, sugirió que la aplicación de cobros obligatorios de forma digital ayudaría a mitigar el robo de gasolina.
"¿Queremos combatir el huachicol? Que se pague en digital. Empecemos a ver la trazabilidad en las gasolinerías de los pagos de la gasolina", dijo en un foro.
Promesa digital
En su Informe de Inclusión Financiera 2024, la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) comentó que hay más indicios y evidencias de que la promesa de pagos digitales avanza en la región.
En el reporte, el organismo resaltó los esfuerzos del Banco de México con la incorporación de sistemas de pago como Cobro Digital (CoDi) y Dinero Móvil (DiMo), mientras otros países de la región están desarrollando más opciones de medios de pago digitales.
En contraste, el documento muestra que la banca latinoamericana reportó al cierre del año pasado la existencia y operación de 66 mil 448 sucursales bancarias, cifra 1.2% por arriba de la de un año atrás.
"A lo largo de la última década, parece haberse consolidado una tendencia estable en este indicador, y sugiere que una expansión en este canal de atención luce cada vez menos probable a futuro", detalló.
En el caso de cajeros automáticos en la región, el organismo dijo que se mantuvo técnicamente estable al cierre de 2023, ya que se reportó la operación de sólo 646 unidades a escala regional, una ligera variación al alza de 0.2%.